Sin duda alguna, Afganistán enfrenta múltiples crisis: una emergencia humanitaria creciente, una contracción económica masiva, la paralización de sus sistemas bancarios y financieros, y el hecho de que aún no se ha formado un gobierno inclusivo, asimismo, los derechos y libertades fundamentales de las mujeres y niñas afganas se han visto severamente restringidos, pese a las promesas de las autoridades de facto de proteger los derechos de las mujeres dentro de la sharia. Asimismo, según últimas cifras (Banco Mundial, 2022), “el panorama económico de Afganistán es sombrío, bajo cualquier escenario, Afganistán enfrentaría una economía más pequeña, tasas de pobreza significativamente más altas y oportunidades económicas más limitadas”. Adicionalmente, Afganistán ya no es una agenda prioritaria en el escenario internacional, el compromiso internacional para resolver un conflicto de casi un cuarto de siglo se ha desvanecido en medio del desarrollo de nuevos eventos internacionales (P. Stobdan, 1999), por lo cual existe un gran vacío de búsqueda de soluciones y oportunidades para los siguientes años.

Introducción

Frente a estos terribles acontecimientos, la incertidumbre causada por las políticas de riesgo y la extremadamente peligrosa seguridad que se vive en Afganistán, genera un clima incierto y de riesgo latente, en donde el extremismo y el terrorismo se vive día a día en todo el territorio afgano, por ello, como asesor del Secretario General de Naciones Unidas, se ha decidido abordar un informe detallado con ciertos mecanismos y estrategias que permitan solucionar y mitigar el riesgo en tres importantes ámbitos y focos de atención: i) después de las guerras civiles, los actores internacionales a menudo se preocupan por la incoherencia, el tribalismo y la división de los estados-nación devastados por la guerra en Afganistán. Sin embargo, los problemas encontrados en el esfuerzo de recuperación y reconstrucción de Afganistán ilustran que las divisiones, rivalidades y fragmentación de la autoridad de la “comunidad internacional” han constituido un obstáculo igual de grande para la ONU, por ello se propondrán importantes ejes en materia del denominado “state / national-building”. En otra parte, ii) un segundo punto relevante de abordar, está enfocado en el caos y la violencia que impidieron la evacuación de muchos afganos en riesgo, el uso excesivo de la fuerza para disolver las protestas en varias ciudades, las restricciones de los derechos de las mujeres y las niñas y las múltiples víctimas civiles, por lo que se abordará sobre los derechos humanos. Finalmente, iii) ante la dura situación del país, los riesgos económicos, inversiones, comercio y otros indicadores afectan la vida de muchos ciudadanos, por lo que se establecerán ciertas estrategias para fortalecer y mejorar la economía afgana con un enfoque de acercamiento al aprovechamiento de nuevas ventajas comparativas y generación de capacidades productivas mediante la cooperación internacional y el trabajo de las oportunidades de mercado.

Desarrollo

En relación al primer punto hay que destacar que los actores internacionales y afganos tienden a ver la construcción del estado como la creación de organizaciones y estructuras. Han ignorado las intervenciones que habrían contribuido a apoyar la introducción y el establecimiento de un conjunto diferente de reglas que limitan los intereses de los poderosos. (Spanta, R, 2005) Por lo tanto, las políticas de construcción del Estado deben prestar más atención al gobierno local, asimismo, no se lograron avances sustantivos en la reforma del estado de derecho. Esto ha significado que existe un marco legal inadecuado, el sistema judicial es débil y corrupto, y continúa la impunidad generalizada. Ante ello, la versión del siglo XXI de la construcción de la nación afgana que propongo como asesor es un proyecto que busca el fortalecimiento de las instituciones políticas y democráticas mediante la legitimidad del Estado, no obstante, la clave para el desarrollo a largo plazo es centrarse en la reforma institucional y la rendición de cuentas en el sistema en su conjunto, desarrollando habilidades para mejorar las instituciones, la gobernabilidad y la capacidad de ajustar su propia estructura organizacional según sea necesario, para consecuentemente con ello, mejorar la responsabilidad, la rendición de cuentas y la garantía, para ello, se debería debilitar el control de los señores de la guerra y fortalecer las instituciones democráticas y participativas a nivel central, provincial y local, en ese sentido, se podría colaborar en el desbloqueo del camino para que las personas jóvenes y educadas lideren el panorama político del país. La ONU debería contribuir de manera cooperativa en la construcción y creación de medidas que apuesten por incluir a las partes del conflicto y la población civil a una nueva reforma estructural y gubernamental.

Asimismo, se ve necesario una reforma de la Administración Pública en las Provincias, generando esfuerzos para extender el proceso de reforma fuera de Kabul y establecer reformas

y procesos de creación de capacidades a nivel subnacional, esto generaría que se pudiera fortalecer la gobernabilidad subnacional y desarrollar la capacidad de la administración civil local. Para ello, se debe generar una gobernanza subnacional y de esfuerzos de construcción del Estado en Afganistán, este proceso es complejo e implica comprender e interactuar con la dinámica política. Tal como afirma (Lister, 2007) se necesita una reforma del gobierno local para que esté bajo el control del gobierno central y funciones de acuerdo con las reglas burocráticas. No obstante, todavía hay una comprensión limitada del hecho de que el Estado juega no solo un papel funcional relacionado con su capacidad para proporcionar bienes públicos, sino que también forma en que el poder se ejerce de acuerdo con varios conjuntos de reglas. La propuesta principalmente se basa suponer que las instituciones formales del Estado serán capaces de controlar progresivamente a los actores y redes informales que han caracterizado la naturaleza del poder en Afganistán en los últimos años. Esto se logrará a través de la reciente legitimidad del Gobierno y la eficacia de sus órganos e instituciones, como la policía, los tribunales y las fuerzas armadas. Sin embargo, esas redes de informales actores, enriquecidos con las ganancias de la economía ilegal, en particular de las drogas el tráfico, los impuestos ilegales y la apropiación de tierras tendrán que eliminarse radicalmente. En línea con este discurso, la propuesta apuesta por tres importantes áreas de reforma política: la estructuración de la administración interina, la promulgación de una nueva constitución y el establecimiento de la legislatura.

Por otra parte, en relación al proceso de democratización, es importante señalar, que tal como afirma (United States Institute for Peace, 2021) en Afganistán, se debe generar un establecimiento de estructuras locales que faciliten conexiones más sólidas entre los ciudadanos y sus representantes con la finalidad de generar una legitimidad y estabilidad al proceso político en el futuro, asimismo, se debe permitir que las comunidades decidan cómo seleccionar líderes locales y llevar estas elecciones de manera que se pueda permitir una mayor cooperación entre los sistemas de gobierno formales e informales. Consecuentemente con ello, este flexible enfoque podría hacer que las elecciones sean más atractivas para los líderes talibanes. De tal forma, el brindar a las comunidades afganas opciones sobre cómo elegir defensores en el distrito y niveles provinciales, ayudaría a evitar elecciones locales directas costosas y probablemente fraudulentas.

Otro punto relevante que podría ir encaminado en la democratización del estado afgano, es invertir en una representación flexible y familiar a nivel local, la cual podría facilitar una participación democrática más sustantiva, fomentando potencialmente que las elecciones que se llevan a cabo puedan colocar mecanismos de rendición de cuentas más eficientes. A su vez, otra propuesta que podría ser relevante es que si se consideran los actuales niveles de violencia e incertidumbre, pueden haber oportunidades, siempre y cuando se desarrolle un acuerdo político entre las partes en conflicto, con la finalidad de mejorar y crear un sistema híbrido de democratización mucho más participativo a nivel local, en el que estos líderes podrían ser mejor llamados a rendir cuentas, ello implicaría respetar a los líderes religiosos sin dotarlos de impunidad por su condición de líderes religiosos y tolerar a la oposición en el gobierno central.

Ahora, pues bien, en relación a la gran violación de derechos humanos, el último informe de (Amnistía Internacional, 2021) señala que “las partes en el conflicto de Afganistán siguieron cometiendo impunemente graves violaciones del derecho internacional humanitario, incluidos crímenes de guerra, y otras graves violaciones y abusos de los derechos humanos. Los asesinatos indiscriminados y selectivos alcanzaron niveles récord. Los defensores de los derechos humanos, las mujeres activistas, los periodistas, los trabajadores humanitarios, la desigualdad en la educación para las niñas, la salud y las minorías religiosas y étnicas se encontraban entre los objetivos de los talibanes y los actores no estatales”. Por ello, lo que se propone es la protección inmediata sobre el terreno. La ONU debe recibir el mandato de monitorear las violaciones de los derechos humanos. El monitoreo de los derechos humanos contribuiría de alguna manera a verificar los informes de violaciones del derecho internacional humanitario. Asimismo, esta información imparcial, aumentaría la confianza de la gente en el proceso hacia la paz.

Es urgente restringir las transferencias de armas de gobiernos extranjeros. Durante años, los gobiernos extranjeros han alimentado los abusos contra los derechos humanos a través de prolíficas transferencias de armas. Esos gobiernos tienen la responsabilidad de garantizar que cualquier transferencia de armas y asistencia militar no se utilice para cometer abusos contra los derechos humanos. El desarme y la remoción de minas deben incluirse en el arreglo político y deben contar con los recursos adecuados de la comunidad internacional. El segundo tema es quién formará el gobierno de transición, por lo cual, no se debe involucrar a violadores de los derechos humanos. Los responsables de los abusos del pasado deben rendir cuentas. No se puede confiar en que los individuos que se sabe que ordenaron masacres y torturas lideren un país. Es importante destacar, la necesidad de una reconciliación nacional, las cuales han sufrido guerras y represión, por ello, tolerar la impunidad como parte de un arreglo político no conducirá una estabilidad a largo plazo. En tercer lugar, aquellos que están negociando un arreglo político deben insistir en las garantías de derechos humanos de las partes afganas. Estas garantías no deben ser garantías en papel. Deben estar respaldados en el plazo inmediato por la supervisión y, en el largo plazo, por instituciones eficaces de justicia penal, basadas en los derechos humanos y el estado de derecho. No obstante, se debe prestar especial atención en el apoyo y asesoramiento sobre la situación de Afganistán mediante la implementación de las disposiciones de los tratados fundamentales de derechos humanos, incluida la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, por ello la ONU debe desempeñar un papel más sólido bajo su mandato reforzado para llenar el vacío causado por la disolución de la institución nacional de derechos humanos de Afganistán.

Concretamente también se propone, abordar las causas profundas de la escalada del conflicto y la violencia en Afganistán para encontrar soluciones sostenibles que favorezcan los mejores intereses de los ciudadanos afganos. Así también, es importante llamar a todas las partes involucradas en el conflicto actual a buscar una solución a través del diálogo pacífico para garantizar el estado de derecho y la protección de los derechos humanos en Afganistán. No obstante, también garantizar que todos los países amplíen y agilicen de inmediato las medidas de protección de los refugiados para los afganos que huyen de la violencia y la persecución.

Adicionalmente, se debe establecer un programa humanitario especial para los civiles afganos en este momento de gran necesidad, un ejemplo de ello, sería organizar vuelos de evacuación inclusivos y directos para las defensoras de los derechos humanos y las mujeres activistas afganas, todas ellas amenazadas y con una gran necesidad de facilitar la reubicación de emergencia para ellas y familias. En líneas generales, se debe de hablar de incorporar un “gobierno multiétnico de base amplia”, fomentando e integrando en la realidad una participación multisectorial, y que debe incluir a las mujeres. No obstante, la ONU debería reforzar el trabajo educativo como un pilar descentralizado mediante programas a nivel regional con las diversas etnias afganas conociendo sus necesidades, solicitudes y proyecciones, trabajando el valor del respeto, el derecho universal y el trabajo participativo e inclusivo de todos y todas.

Conclusión

En relación al tercer punto sobre trazar un plan de viabilidad económica, se debe considerar que más allá de la crisis humanitaria y los obstáculos relacionados con las sanciones, hay preguntas sobre las perspectivas de la economía afgana bajo el gobierno talibán (Fondo Monetario Internacional, 2022). A pesar de los recursos casi ilimitados que se invirtieron en el país durante los últimos veinte años, el crecimiento se vio limitado por el riesgo y la incertidumbre del clima político, la violencia y la inseguridad física, un entorno empresarial deficiente (p. ej., corrupción y patrocinio), una infraestructura física e institucional débil, y las políticas de interés propio de los vecinos regionales. Sin duda alguna la guerra ha generado un costo muy importante en la economía.

Figura 1. El costo de la guerra y reconstrucción de Afganistán: Obligaciones anuales y acumuladas: FY2002 a FY2021 Q3

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Un primer paso hacia una estabilidad económica y financiera estaría ligado en el aprovechamiento de la agricultura y la agroindustria, el comercio y el transporte regionales, y la minería/extracciones como áreas de crecimiento. Ante ello, los talibanes han dado una alta prioridad al comercio regional y transfronterizo, y han anunciado su intención de continuar con varios proyectos regionales, sin embargo, el primer punto a trabajar sería destrabar todos estos proyectos de manera eficiente y eficaz, ante ello, un posible proyecto a destrabar podría estar ligado en impulsar la Iniciativa de la Franja y la Ruta y el Corredor Económico China-Pakistán. No obstante, sería importante que todo inicie con una reforma y propuesta enfocada en establecer un orden basado en reglas, generando así el desarrollo de leyes mineras y comerciales.

Ante una economía inestable por la corrupción, es importante limitar todo acto ilegal o práctica desleal, por ello, evidentemente, la fuente más probable de tensión sería la lucrativa economía de las drogas, por ello, debe trabajarse en otras fuentes que permitan ir dejando de ser una economía dependiente de este tipo de drogas, mediante programas y modelos de reactivación económica basados en otras fuentes importantes de crecimiento económico como la agricultura, los minerales y el litio. Entre las principales propuestas económicas que la ONU propone sería priorizar los programas de gasto que se dirigen o benefician desproporcionadamente a los pobres. Por lo tanto, los programas de gasto focalizado tendrían efectos tanto macroeconómicos como beneficios de reducción de la pobreza. Ya sea que lo permita el aumento de los recursos públicos o por recursos desviados de actividades de menor prioridad, tales programas son dignos de consideración seria. Sin embargo, su implementación efectiva con buena gobernanza es necesaria para lograr resultados. Además, los programas deben dirigirse a los más pobres de las zonas urbanas para evitar distribuir recursos limitados en inversiones rurales.

Otro aspecto a considerar sería aumentar las compras locales. En el mediano plazo, las medidas para aumentar las compras locales deben ser apoyadas por esfuerzos para mejorar las capacidades de suministro de la economía afgana, como el aumento de la infraestructura inversiones, construir capital humano en respuesta a la demanda, mejorar el negocio clima para el sector privado y el desarrollo de servicios de apoyo empresarial.

Finalmente, sería interesante imponer derechos de importación moderados y de base amplia sobre cultivos y productos agrícolas comerciales. El verdadero potencial para el desarrollo agrícola reside en los cultivos comerciales de alto valor e intensivos en mano de obra, que son mucho más apropiados para la dotación y limitación de recursos de Afganistán. Por ello, es importante generar una promoción del desarrollo integral de la cadena de valor de exportación para productos agrícolas de alto valor a través de subvenciones para la promoción de exportaciones.

Bibliografía

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  3. P. Stobdan (1999) The Afghan Conflict and Regional Security. A Monthly Journal of the IDSA in: https://ciaotest.cc.columbia.edu/olj/sa/sa_99stp02.html. Recuperado el 26 de abril del 2022.
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  3. Afghanistan’s Continuing Fiscal Crisis: No End in Sight by William A. Byrd (Peace Brief, May 2015)
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