Tipo enjambre Tipo burbuja Tipo sólida [1]

 

Viviana Polisena

Catalina Peccoud

Argentina

 

Resumen

Vivimos en un cosmos de catorce mil millones de años de evolución que es amigable a la vida puesto que se pudo desarrollar en nuestro planeta. Abordamos la historia de la vida humana desde una perspectiva cósmica. Partimos de Angelo Secchi, para quien la vida y la inteligencia son comunes en el universo, nos apoyarnos en la noción de noosfera de Teilhard de Chardin como próxima etapa evolutiva de expansión de conciencia y espiritualidad. Estas nociones nos permiten pensar en diferentes estadios evolutivos, y a través de la teoría de las esferas de Dyson, pensar en la existencia de civilizaciones avanzadas. que utilicen megaestructuras de protección de sus estrellas tal como lo propone en su teoría. Diseñaremos un experimento mental que nos ayude a determinar cuándo una megaestructura es natural (estrella) o artificial (esfera de Dyson) creada por civilización avanzada.

Abstract

We live in a cosmos of fourteen billion years of evolution that is friendly to life since it could develop on our planet. We approach the history of human life from a cosmic perspective. We start from Angelo Secchi, for whom life and intelligence are common in the universe, leaning on Teilhard de Chardin’s notion of the noosphere as the next evolutionary stage of expansion of consciousness and spirituality. These notions allow us to think about different evolutionary stages, and through Dyson’s theory of spheres, to think about the existence of advanced civilizations that use megastructures to protect their stars as proposed in his theory. We will design a thought experiment to help us determine when a megastructure is natural (star) or artificial (Dyson sphere) created by an advanced civilization.

Introducción

En nuestro laboratorio de ideas OTHER[2] (Otros mundos, Tierra, Humanidad y Espacio Remoto) buscamos indicios de existencia de vida espiritual en exoplanetas. Ante todo, comprendemos que la vida extraterrestre pueda ser muy distinta a las formas conocidas, tal vez ella sea intangible para nosotros y nosotros para ella. El cosmos está lleno de vida, pero, mucha de ella no es visible mediante el ojo humano ni utilizando la tecnología más avanzada. Tal vez la invisibilidad de la vida extraterrestre no solo sea una forma de existencia sino también de protección avanzada. A continuación, ofrecemos una breve síntesis del pensamiento de tres autores en los que nos basamos:

1- Angelo Secchi (18181878), jesuitaastrónomo italiano), reconocido tanto por sus descubrimientos acerca de la dinámica de la cromosfera solar, como por sus trabajos pioneros en espectroscopía estelar, a partir de los que estableció una clasificación de estrellas. Secchi se ocupó de discurrir acerca de la existencia de otros mundos habitados, afirmó que lo creado no es solamente masa de materia incandescente; establece una analogía con nuestro planeta y argumenta que la vida (y la inteligencia) es un patrón universal. Siendo, la constitución atmosférica de otros planetas similar a la nuestra, concluyó que esos cuerpos han pasado o estarían por pasar por períodos similares a los nuestros. Afirmó que el Universo es favorable a la vida por lo que la vida todo lo llena, abundan seres inferiores y superiores a nosotros.

2- Teilhard de Chardin (1881 – 1955), jesuitapaleontólogo y filósofo francés, aportó una personal y original visión de la evolución; su idea es que no sólo la vida, sino la materia y el pensamiento están involucrados en dicho proceso. El sentido de la evolución, que involucra materia, vida y pensamiento, está comprendido en un principio descriptivo de la mayor generalidad: la tendencia hacia el logro de mayores niveles de complejidad y, simultáneamente, es decir, al logro de mayores niveles de conciencia. Así, vislumbra el Punto Omega, al que define como una colectividad armonizada de conciencias, que sería equivalente a una superconciencia[3]. La Tierra estaría cubierta por miríadas de pensamiento, sino que dicha envoltura pensante se extendería hasta formar un solo grano de pensamiento o espíritu a escala sideral: ésta es su noción de noosfera.

3- Freeman John Dyson (1923 – 2020), físico teórico y matemático inglés, hizo contribuciones en electrodinámica cuánticafísica del estado sólidoastronomía e ingeniería nuclear. Teorizó varios conceptos que llevan su nombre como la esfera de Dyson, se trata de una mega estructura, una cubierta esférica de talla astronómica alrededor de una estrella, la cual permitiría a una civilización avanzada aprovechar al máximo la energía lumínica y térmica del astro. En 1960 Dyson escribió un artículo que se publicó Science, denominado “Búsqueda de una Fuente Estelar Artificial de radiación Infrarroja” (“Search for Artificial Stellar Sources of Infrared Radiation”).[4] Pensó en la siguiente idea: una civilización extraterrestre podría rodear su estrella nativa con estructuras artificiales para maximizar la captura de la energía de la estrella. Entonces, un método de búsqueda de inteligencia extraterrestre sería buscar objetos grandes que emiten radiación en el rango infrarrojo del espectro electromagnético. Tal esfera, es básicamente una cubierta  de relieve astronómico (es decir, con un radio equivalente al de una órbita planetaria) alrededor de una estrella, la cual permitiría a una civilización aprovechar al máximo la energía lumínica y térmica del astro. Dyson sugiere buscar tales características en cuerpos celestes y así detectar civilizaciones extraterrestres avanzadas. Una estrella contenida en una esfera de Dyson no sería visible directamente, aunque la esfera en sí generaría radiación infrarroja equivalente a la energía generada por el astro, debido al calentamiento en su cara interna. Además al estar compuesta de cuerpos sólidos, la esfera de Dyson tendría un espectro semejante al de un cuerpo negro[5]. Aunque el mérito se asocia a Freeman Dyson, una idea parecida fue propuesta en 1937 en la obra de ficción (Hacedor de estrellas de Olaf Stapledon)[6].

4- Olaf Stapledon  (18861950 escritor y filósofo inglés), desarrolla ideas como la variedad de formas de vida en el cosmos, grandes civilizaciones, imperios galácticos y seres imposibles de imaginar por la mente humana. Narra la historia de un hombre, maravillado por la inmensidad del cosmos; convencido que existe un creador, inicia un viaje astral en busca del Hacedor de Estrellas. El viaje continúa por muchas épocas y va de una punta a otra del cosmos, alcanza estadios de conciencia mayores; descubre infinidad de variedades de especies, algunas mucho más avanzadas en tecnología como por ejemplo una especie de cangrejos que viven en simbiosis con peces. Presencia imperios galácticos que fabrican sistemas solares artificiales, al final consigue hacer contacto con el creador del universo y encuentra, que éste, ha creado universos anteriores al nuestro más precarios y otros más perfectos. Dyson no es el único en referenciar Stapledon, Jorge Luis Borges, en su Antología de la literatura fantástica, escogió el siguiente párrafo del Hacedor de estrellas:

En un cosmos inconcebiblemente complejo, cada vez que una criatura se enfrentaba con diversas alternativas, no elegía sino todas, creando de este modo muchas historias universales del cosmos. Ya que en ese mundo había muchas criaturas y que cada una de ellas estaba continuamente ante muchas alternativas, las combinaciones de esos procesos eran innumerables y a cada instante ese universo se ramificaba en otros universos, y éstos, en otros a su vez. [7]

Desarrollo

El contacto con civilizaciones extraterrestres podría ocurrir en cualquier momento, tendría un impacto trascendental en nuestras cosmovisiones, lo que transformaría nuestras preguntas. Para abordar estas y otras cuestiones similares en Córdoba, Argentina, hemos comenzado el proyecto OTHER (acrónimo de Otros mundos, Tierra, Humanidad y Espacio Remoto), un laboratorio multidisciplinario de ideas.[8]

La Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI en inglés) supone que vivimos en un universo amigable con la inteligencia y con la espiritualidad. Nos preguntamos si la génesis espiritual es necesaria para el proceso evolutivo cósmico o si, por el contrario, se trata de un proceso aleatorio. En esta investigación, consideramos un nuevo enfoque al incluir el factor espiritual en la ecuación de Drake. Dicha ecuación propone cuantificar el posible número de civilizaciones tecnológicamente avanzadas que pueden comunicarse con nosotros.

N = R* fp ne fl fi fc L [9]

R* = tasa de formación de estrellas en nuestra galaxia.

fp = fracción de esas estrellas con procesión planetaria.

ne = número de planetas en la zona habitable.

fl = fracción de esos planetas donde la vida aparece.

fi = fracción de planetas habitados en los que existe vida inteligente.

fc = fracción de civilizaciones inteligentes que desarrollan tecnología y libera signos detectables de su existencia.

L = es el período de tiempo que tales civilizaciones envían señales detectables.

Utilizando la analogía de los biomarcadores planetarios y el concepto de noosfera introducido por Teilhard de Chardin, proponemos dos marcadores espirituales que podrían evidenciar la presencia de una noosfera en un exoplaneta. La integración de Teilhard de los fenómenos geobiológicos con perspectivas filosóficas y espirituales da como resultado la aparición de la noosfera como la próxima etapa evolutiva de la biosfera, y la última expansión de la conciencia en la galaxia. Por lo tanto, utilizando la analogía de los biomarcadores planetarios que pueden revelar la existencia de una biosfera, nos enfocaremos en buscar huellas inteligentes y espirituales que puedan evidenciar la presencia de una noosfera. Teilhard  encuentra en la Ley de complejidad una tendencia natural que orienta la evolución de la materia, la vida y el espíritu. Tal tendencia llevará a la humanidad hacia un estado de conciencia superior, de esta manera, abre horizontes hacia la posibilidad de experimentar lo que está más allá de los sentidos. De ahí, nuestra propuesta de un experimento mental para imaginar la vida espiritual extraterrestre. En El fenómeno Humano (1955), Teilhard señala que el Punto Omega posee las siguientes características, dichas características son útiles para pensar el experimento mental: a) Ya existente: permite el camino a superiores estados de conciencia; b) Personal: un estado superior de conciencia brinda mayor personalidad y se vuelve imagen de Dios. El Punto Omega une la creación, y cuanto más unido el universo se vuelve más complejo y crece en consciencia. Así, Dios crea un universo que evoluciona hacia formas superiores de complejidad, consciencia que finalmente involucra a los humanos; c) Trascendente: el Punto Omega es responsable del crecimiento del Universo hacia una mayor complejidad, consciencia y personalidad. Lo que significa esencialmente que el Punto Omega está fuera del marco del Universo, porque es gracias a la atracción del Punto Omega que el Universo evoluciona; d) Autónomo: libre de las limitaciones del tiempo y del espacio; e) Irreversible: una vez alcanzado, no puede ser perdido.

Punto omega (foco cósmico de unificación y de unión) es un término acuñado para describir el punto más alto de la evolución de la consciencia. De acuerdo con Teilhard y el biólogo ruso Vladímir Vernadski (18631945, científico ruso), autor de La Geosfera (1924), La Biosfera (1926); el planeta se encuentra en un proceso transformador, evolucionando desde la biosfera a la noosfera. Concebía la Tierra como la superposición de cinco realidades integradas: la litosfera, entendida como esfera sólida de la Tierra; la atmósfera; la biosfera; la tecnosfera (resultado de la alteración producida por el hombre); y la noosfera (la esfera del pensamiento). Se infiere, entonces, que el Punto Omega sería el punto máximo de síntesis de lo espiritual con lo material donde se unen Geósfera, Biósfera y Noósfera. Punto Omega representa el camino hacia la espiritualización de la materia; así, el espíritu no se opondría a la materia, sino que la perfecciona y la hace evolucionar.

En este punto incluimos el pensamiento de Angelo Secchi quien consideró que, al universo lleno de vida e inteligencia, ambas serían el patrón que rige las leyes del cosmos, dicho patrón es dado por omnipotencia divina. Debemos tener en cuenta que Secchi comenzó a desarrollar sus ideas en un contexto, en el cual, la ciencia empieza a tomar espectros mostrando que en las estrellas están los mismos elementos que en un laboratorio; también en 1859, año que nace la obra fundamental de Charles Darwin (18091882) “El origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas preferidas en la lucha por la vida. En dicha obra estableció que la explicación de la diversidad que se observa en la naturaleza se debe a las modificaciones acumuladas por la evolución a lo largo de las sucesivas generaciones.

Pero la creación, que contempla al astrónomo, no es un simple grupo de materia luminosa: es un organismo prodigioso, en el que, donde cesa el resplandor de la materia, comienza la vida. Aunque esto no es penetrable para sus telescopios, sin embargo, desde la analogía de nuestro globo, podemos argumentar su existencia general en otros….[10]

Secchi intentó demostrar

cómo los fenómenos de la física común pueden reducirse a las leyes generales del movimiento de la materia, creyendo, sin embargo, que más allá de la materia común llamada ponderable, debe admitirse otra materia invisible, y no sujeto a la gravedad, …, cuyos movimientos acompañan en varias formas a los de la materia ponderable .[11]

Ahora bien, la ciencia debería considerar otros métodos para potenciar la imaginación a la hora de abordar el estudio del cosmos y analizar lo que se observa; nos proponemos estudiar muy seriamente las propuestas de Freeman John Dyson y de Olaf Stapledon. Si partimos de nuestra premisa de que la vida es una donación, hay razones para pensar que dicha donación se extiende por todo el cosmos, no hay rincón en donde la vida no haya proliferado.

Teniendo en cuenta que nuestra tecnología está en sus comienzos y es muy limitada para el tratamiento de la vida en los exoplanetas, planteamos que una posibilidad para dicho estudio podría ser mediante un experimento mental que nos permita diferenciar lo natural de lo artificial, ya que inteligencias más avanzadas pudieron construir megas estructuras, a modo de ciudades o laboratorios, de la misma manera que el humano construyo aceleradores de partículas.

Dyson afirmó que cuando más examinaba la arquitectura del universo, más se convencía de que el elemento mental desempeña un rol esencial en su funcionamiento. Examinó la idea de cómo civilizaciones extraterrestres avanzadas seguirían un patrón de consumo de energía similar al de los humanos y construirían sus propias esferas de colectores, la construcción de tal sistema haría de esa civilización una de tipo II en la escala de Kardashov. Dicha escala es un método para medir el grado de evolución tecnológica de una civilización, fue propuesto en 1964 por el astrónomo ruso Nikolái Kardashov, y tiene tres categorías llamadas Tipo I, II y III, basadas en la cantidad de energía que una civilización es capaz de utilizar de su entorno. Una civilización de Tipo I es la que logra dominio de los recursos de su propio planeta, de Tipo II logra el dominio de su sistema planetario, y de tipo III logra el dominio de su galaxia. Dyson planteó la posibilidad de tres tipos de esferas: tipo enjambre, tipo burbuja y tipo sólida.

Los sistemas de colectores alteran la luz emitida por la estrella, éstos absorben e irradian energía. Así, la longitud de onda de la radiación emitida por los colectores sería determinada por los espectros de emisión de los materiales con que fueron fabricados y por su temperatura. Entonces, una esfera de Dyson, causaría un aumento en la cantidad de radiación infrarroja en el espectro emitido por el sistema de la estrella. El programa SETI adoptó estas suposiciones y puso en marcha un examen para tales espectros, en octubre de 2015, la estrella KIC 8462852 [12] mostró fluctuaciones extrañas en su luminosidad, se sugirió la posibilidad de que se trataba de una esfera de Dyson. Una estrella contenida en una esfera de Dyson no sería visible directamente, aunque la esfera en sí generaría radiación infrarroja equivalente a la energía generada por el astro, debido al calentamiento en su cara interna. Además al estar compuesta de cuerpos sólidos, la esfera de Dyson tendría un espectro semejante al de un cuerpo negro.

Retomamos nuestro planteo original, si la ciencia detecta megaestructuras, el humano, ¿sería capaz de distinguir entre lo artificial y lo natural? es decir, ¿seríamos capaces de darnos cuenta cuando estamos en presencia de una estrella sometida a la evolución natural del cosmos o ante una esfera de Dyson? ¿La humanidad sería capaz de reconocer a un extraterrestre si pudiera verlo? ¿De qué hablaríamos con los extraterrestres? Algunos investigadores consideran que comunicarnos con ellos sería difícil ya que no hay un contexto compartido; pero, si aumentamos nuestra perspectiva, podríamos pensar que estamos compartiendo el mismo cosmos y sus elementos químicos.

Para intentar responder estas y otras preguntas, planteamos un experimento mental denominado “Una civilización en un fotón”. Debemos tener en cuenta que los experimentos mentales son instrumentos que nos ayudan a comprender y explicar cómo ocurren los fenómenos, son una herramienta pedagógica de gran importancia. Plantean una situación hipotética que brindan resultados como si el experimento efectivamente pudiera ocurrir. Es un recurso de la imaginación que consiste en narrar una situación ficticia, de manera que los resultados nos permitan explicar algo sin necesidad de ejecutar el experimento. Nuestro experimento mental consiste en idear la captura de un fotón y extraer la información que lleva dentro. Teniendo en cuenta que en los fotones se puede almacenar información; seres extraterrestres no necesitarían llegar a nuestro planeta, con enviar fotones es suficiente para que la humanidad sepa de su existencia. Nos replanteamos la situación, en vez de buscar vida afuera de nuestro planeta, deberíamos extraer información de los fotones que ya hemos detectado. Si una civilización avanzada puede construir soles artificiales o megaestructuras alrededor de su estrella, es porque maneja el medio cuántico y sus leyes, por lo que no llegarían a nosotros de la misma manera que nosotros llegaríamos a ellos. Civilizaciones avanzadas se valdrían de los elementos químicos y biológicos del cosmos, de la superposición y del entrelazamiento cuántico para hacerse presente y visibles ante la humanidad. Civilizaciones avanzadas nos enviarían información codificada de su existencia y posición en fotones; es decir, no tienen necesidad de moverse de sus megas estructuras. En nuestro experimento mental vamos a imaginar ¿qué información nos enviarían seres cósmicos dentro de los fotones? Dentro de un fotón podríamos enviar el ADN humano.

Hablamos de información codificada, por lo que nos parece oportuno adentrarnos en la teoría de la información[13], también conocida como teoría matemática de la comunicación, es una propuesta teórica presentada por Claude E. Shannon y Warren Weaver a finales de la década de los años 1940. Dicha teoría está relacionada con las leyes matemáticas que rigen la transmisión y el procesamiento de la información y se ocupa de la medición de la información y de la representación de la misma, así como también de la capacidad de los sistemas de comunicación para transmitir y procesar información. La teoría de la información es una rama de la teoría de la probabilidad y de las ciencias de la computación que estudia la información y todo lo relacionado con ella: canales, compresión de datos y criptografía.

El aspecto que nos atrapa dentro de esta teoría es la resistencia a la distorsión que provoca el ruido, la facilidad de codificación y descodificación, y velocidad de transmisión.

Desde este punto, el mensaje tiene muchos sentidos, y el destinatario extrae el sentido que debe atribuirle al mensaje, siempre y cuando haya un mismo código en común. Otra arista importante es si la fuente de información tiene el mismo grado de libertad para elegir cualquier posibilidad o si se halla bajo alguna influencia que la induce a una cierta elección. Por último, es necesario mencionar que la cantidad de información crece cuando todas las alternativas son igual de probables o cuanto mayor sea el número de alternativas.

Entonces, volviendo a nuestro experimento mental, suponiendo que nuestro mensaje alcance su objetivo, ¿cómo recibirían los extraterrestres nuestra información?, la manera en que reciban nuestro mensaje depende del nivel simbólico de su lenguaje, que sin duda debería ser muy elevado. Si bien estamos suponiendo que la vida evolucionó más o menos bajo las mismas reglas, conjeturamos que los extraterrestres tienen los sentidos de la visión, el oído y el habla; pero también sabemos que ellos podrían desarrollar otras formas de interactuar.

Tal vez ellos podrían decodificar de nuestro ADN y de esa manera conocernos como especie. Nuestro ADN sería una manera eficiente de comunicar nuestra identidad, de hacerles conocer nuestra historia desde el Big Bang. El ADN humano codificado dentro de un fotón podría ser la forma no sólo de decir. “Existimos”, sino también de mostrarnos como somos.

Conclusión

¿Dónde están?, es la pregunta atribuida al físico Enrico Fermi sobre los extraterrestres, mientras trabajaba en Los Álamos. Sin dudas, esta es una pregunta que fascina al hombre y a la humanidad desde que comenzó a hacerse las preguntas fundamentales sobre la estructura y las dimensiones del cosmos y el significado de la existencia del hombre en él.

Ante la pregunta ¿Dónde están?, la respuesta sería: Ellos están dentro las partículas a modo de información.

Pero, otra pregunta es más fundamental aún ¿Si ellos están, qué importancia tiene para ellos el factor espiritual? En nuestro laboratorio de ideas OTHER, desarrollaremos nuestro experimento y analizaremos las posibles respuestas a las siguientes preguntas ¿Qué aportes daríamos al programa SETI y a la humanidad? ¿Qué aporte nos daría para comprender la espiritualidad de un extraterrestre? ¿Qué podemos aprender de los constructores de megaestructuras? ¿Está preparado el mundo para saber si la existencia de la vida extraterrestre se debe al factor espiritual? Una civilización que construye una estrella artificial o una megaestructura alrededor de ella es porque ha podido no solo desarrollar tecnología, sino que ha sabido desenvolver un espíritu colectivo, concluimos que semejantes estructuras nos hablan más del factor espiritual de los constructores que de la tecnología que manejan.

Por otra parte, si tenemos en cuenta que la donación de la vida fue un acto que se realizó en todo el cosmos, no hay razón para pensar que solamente la donó en nuestro planeta. Jean-Luc Marion plantea la tercera reducción fenomenológica, es la reducción radical, la donación de la trascendencia en la inmanencia, disuelve las apariencias y las falsas realidades; de esta manera, la donación establece las etapas de la fenomenalidad. Marion funda el cuarto principio de la fenomenología: “cuanta más reducción, más donación (cuando más se radicaliza la reducción, más se despliega la donación” (Marion, 2011; p. 277). La donación es el acto mismo de donar lo dado, lo dado tiene realidad fenomenológica pero no realidad efectiva, ya que todo lo que aparece es dado, pero no todo lo dado se muestra “Todo lo dado manifiesta la donación porque el proceso de su acontecimiento la despliega” (Marion, 2011; p.125).

Bibliografía

-BORGES, J.L. (1977). Antología de la literatura fantástica. Udhasa-Sudamericana. Barcelona.

-de CHARDIN, T. (1984). El fenómeno humano. Ediciones Orbis, España.

-FANTOLI. A. (2008). Extraterrestri. Storia di un’idea dalla Grecia ad oggi. Carocci. Roma.

– FLORIO, L. (2016). The “Omega Point” Revisited from the New Tree of Life and the Ecological Crisis. Studia Aloisiana, 7, ročenka Teologickej fakulty Trnavskej University.

– FUNES, J. (2018). “The Road Map to Other Earths: Lessons Learned and Challenges Ahead” en Astrotheology de Ted Peters y and Martinez Hewlett. Ed. Wipf and Stochk Publishers.

– FUNES, J.; FLORIO, L.; LARES, M.; ASLA, M. (2019). Searching for Spiritual Signatures in SETI. Research. Theology and Science.

-LOESCHER, E. (1879). Lecciones de física terrestre. Le Soleil. Roma.

-SECCHI, A. (1864). Sobre la unidad de las fuerzas físicas. Roma.

-Marión, J.-L. (2011). Reducción y donación: investigaciones acerca de Husserl, Heidegger y la fenomenología. -1ª ED.- Buenos Aires: Prometeo Libros.

-Marión, J.-L. (2008). Siendo dado. Ensayo para una fenomenología de la donación. Madrid. Síntesis.

  1. Dyson, Freeman J. (1960). Search for Artificial Stellar Sources of Infrared Radiation. Science 131 (3414): 1667-1668. ISSN 0036-8075. PMID 17780673. doi:10.1126/science.131.3414.1667.
  2. https://blog.ucc.edu.ar/other/
  3. de Chardin, T. (1984). El fenómeno humano. Ediciones Orbis, España.
  4.  Dyson, F. J. (1960). Search for Artificial Stellar Sources of Infrared Radiation. Science. Vol. 3414, pág. 1667–1668.
  5. El nombre cuerpo negro fue introducido por Gustav Kirchhoff en 1862. La luz emitida por un cuerpo negro se denomina radiación de cuerpo negro. Un cuerpo negro es un objeto teórico que absorbe toda la luz y toda la energía radiante que incide sobre él. Nada de la radiación incidente se refleja o pasa a través del cuerpo negro.
  6. Stapledon, O. (1937). Star Maker. Methuen Publishing. Reino Unido. Trad. Lemos, G. 1965. Minotauro. Buenos Aires.
  7. Borges, J.L. (1977). Antología de la literatura fantástica. Udhasa-Sudamericana. Barcelona.Disponible en: http://biblio3.url.edu.gt/Libros/borges/borges.pdf
  8. Funes, J.; Florio, L.; Lares, M.; Asla, M. (2019). Searching for Spiritual Signatures in SETI. Research. Theology and Science 17.3.
  9. Vakoch, D. A.; Dowd, M.F. (2015). The Drake Equation. (Cambridge, UK: Cambridge University Press.
  10. Loescher, E. (1879). Lecciones de física terrestre. Le Soleil. Roma, pág. 214-215.
  11. Secchi, A. (1864). Sobre la unidad de las fuerzas físicas. Roma, pág. 3.
  12. Disponible en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-42566994https://es.gizmodo.com/el-enigma-de-la-megaestructura-alienigena-continua-la-1784916522
  13. Shannon, C. E. (1948). Una teoría matemática de la comunicación. (A Mathematical Theory of Communication Electronic Systems and Signals Research Laboratory). En Bell System Technical Journal. IEEE society.
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