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¿Es posible una tercera guerra mundial?

Para contestar a la pregunta actual, antes que nada, empezaré por la respuesta; no sólo es posible, sino muy probable, cuestión aparte es cuándo sucederá, o si el escenario actual es lo suficientemente desfavorable para que esta suceda.
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Introducción

A menudo nos acostumbramos a ver como nuestros gobiernos y autoridades critican hasta tal punto de llegar a vetar o prohibir la comercialización de ciertas cuestiones, como las grasas saturadas o el tabaco y esto es bueno siempre y cuando no se tenga en cuenta la cantidad de puestos de trabajo (directos e indirectos) que destruye, siempre dentro de unos márgenes muy simples; son bienes, sustitutivos (por otros si no idénticos, que pueden suponer el generar cubrir las necesidades que estos [1]) y cuya sustitución puede conferirse a otros menos lesivos con el ser humano.

Sin embargo, con la industria de defensa no ocurre lo mismo, y eso que constituye una industria que de por sí, está encaminada primariamente a dañar lo máximo posible al enemigo en todas las fases de un conflicto de intereses en el que se opte por la vía bélica para su resolución; anticiparse a sus movimientos, entender su comportamiento, mermar sus capacidades, y provocar su rendición. El problema entonces se sucede cuando pasa demasiado tiempo entre dos adversarios sin que ninguno llegue a convertirse de manera efectiva en un enemigo.

Desarrollo

Esto fundamentalmente ocurre cuando, ante la existencia de una controversia fracasan los medios alternativos de resolución de conflictos, -ya que bien es sabido que las formas que tiene de relacionarse un país soberano con los demás, son el tejido comercial, la cooperación en asuntos comunes, la diplomacia o la acción de los servicios secretos, o bien, de forma excepcional, la intercesión de terceros países o poderes fácticos.

No obstante, según lo comentado, esto sucedería únicamente cuando todo esto falla (voluntaria o involuntariamente, casual o de forma inducida), pero consecuentemente provocando un fracaso de las demás alternativas a una contienda militar y generando un casus belli, por consiguiente; la existencia de enemigos que suponen la materialización real de un riesgo que se tenía por inminente y específico para la supervivencia de bienes y personas en cuestión sobre un territorio dado.

A mí, personalmente, me lleva años inquietando y pareciendo cuanto menos muy curioso que llevemos años pensando en que la III Guerra Mundial se vaya a librar con superordenadores que dejarán a nuestras potencias fuera de combate. De hecho, de lo que estamos siendo testigos actualmente es de una forma o de otra justamente lo contrario, es decir, lo que actualmente está haciendo el adversario [2], es, crear de forma anticipada una separación incluso física con la red de internet (creando un firewall gigante o incluso, desconectando los nodos que nos unen), para pasar a enviar aviones, barcos y equipo militar tradicional a pelear directamente en el campo de batalla.

No obstante, según lo comentado y lo visto a tenor de las facturas que nos llegan de nuestras compañías, ya vemos que esta red no es tan independiente, como nos la pintaban y que una separación física no implica una separación real (como cuando Simón dijo aquello de “uno o dos casos del COVID”…nos han vuelto a engañar), habiendo pasado de; no estar directamente conectados, a la necesaria desvinculación del mercado del gas con el eléctrico para que los precios no se disparen aún más; pero nadie acaba de decirnos verdaderamente cuál es la causa concreta de que, siendo tan “independientes”, en realidad no lo seamos, en realidad, los precios de la luz pocas veces se han desplomado, no siendo fácil de explicar cómo funciona el mercado eléctrico, ni Euphemia, (el algoritmo que todos los días provoca una subasta a nivel comunitario donde se fijan los precios para la jornada), ni tampoco a menor escala el Mibel, ni la OMIE, ni como REE opera el sistema. En realidad, desde pequeños en el propio colegio no nos enseñan a siquiera que la electricidad no se transporta por los propios cables, sino que circula a través del campo magnético y eléctrico generado en torno al cable cambiando de fase en CA y siendo continuo en CC, … “como para explicarnos el funcionamiento del mercado financiero eléctrico”, (sarcasmo). A lo mejor, y como hipotética opción, para no complicarnos demasiado, debería considerarse que nuestra independencia de los combustibles fósiles no es tan grande, y que la interrelación entre estos y la generación de electricidad de forma global es enorme, porque al fin y al cabo: ¿para construir y mantener fuentes de energía renovables, no se requieren combustibles fósiles?, ¿estamos seguros de esto?, ¿estamos seguros de estar preparados para una independencia, o para creernos que ya la tenemos? (…) aunque puestos a plantearnos cosas, podríamos pensar si Putin es malo, si Zelenski es bueno, si Maduro ya no es tan malo como nos lo pintaban o si Guaidó no pinta nada ya, después de haberle reconocido presidente legítimo del país del Orinoco, aquellos que se reunieron en estricto secreto con el que denominaban dictador venezolano Maduro, se atreven a decirnos que han promovido más estabilidad, alejándose de la posición de enviar cazas de combate ex-soviéticos a Ucrania a causa de un despiste de Borrell ya que esto iba a ser secreto (¿cómo la reunión con Maduro, no?

Pues eso no ha evitado que se consumen sus aspiraciones, ya que siguen negociando, sin embargo, lo de los cazas, parece ser que ha quedado aparcado definitivamente). No sabemos si por suerte o por desgracia, Borrell habló de más, pero creo que no es bueno juzgarlo en el contexto actual.

El problema fundamental en todo esto, es que bien llegado el S. XXI y con él todos los adelantos que han alumbrado nuestras vidas muchas veces nos creemos los “reyes del mambo” de la sociedad digital 3.0, los ciberataques y aquello llamado “la guerra híbrida”, sin caer en la fragilidad per-sé que tiene la infraestructura tecnológica (la cual está muy expuesta, no sólo a armas bélicas: como el EMP que puede desarrollar una bomba termonuclear detonada a gran altura, sino que también es muy frágil respecto a eventos naturales que escapan de nuestro control directo: como las tormentas solares, algo a todas luces, intolerable para nuestro grandísimo ego), y lo peor de la industria tecnológica al ponerla como palanca para las brechas del futuro, es que esta desprecia unilateralmente los miles y miles de empleos que aporta la industria de defensa a nuestros países, sustituyéndolos por empleos con una alta especialización para los que no sirve cualquiera. Y no, aprovecho para adelantaros que el pensar que una futura guerra alienígena junto con ejercicios militares de adiestramiento preventivos o colaborativos, o, a mayores, el envío de tropas para garantizar la estabilidad de zonas remotas que se encuentran a miles de km de nuestras fronteras, en pro de la acción humanitaria y la defensa de los intereses generales al tender lazos con otras naciones, no ayuda a eliminar el enorme exceso de stock armamentístico que el bloque OTAN (y otros bloques) posee actualmente. Y tampoco, siendo más críticos reúne las condiciones necesarias para que todas las tecnologías desarrolladas que hasta el momento son novedad, puedan ser probadas en escenarios bélicos reales, desde este punto de vista, absolutamente necesarios para ello.

En consecuencia, todo esto significa que, con menor urgencia que a los EEUU, –lógicamente ya que el gasto per cápita es notablemente inferior, pero irremediablemente cada “x” tiempo nos veamos condicionados a tener de alguna u otra manera un conflicto que favorezca la reducción de stock, la creación, investigación, desarrollo e innovación, así como el auge de nuevas tecnologías de guerra y el impulso a la rama de la defensa nacional, tan denostada y mal vista en tiempos de paz.

Desde este punto de vista, qué podríamos decir en el escenario actual “¿La Guerra de Putin” Vs. “OTAN, EEUU, y sobre todo Ucrania”? Bueno, siempre habrá una razón para ponerla en las enciclopedias electrónicas como causante de la futura contienda global, pero a menos que una invasión extraterrestre con malvados fines y tecnología inferior nos ataque (cosa bastante improbable ya que, si poseyeran tecnología inferior, directamente no podrían haber llegado), no tenemos otra forma material de vender nuestras creaciones, que creando conflictos por nosotros mismos donde antes no existía nada.

Y todo ello nos lleva a preguntarnos: ¿Vladimir Putin es buena persona? Bajo mi criterio: es un provocador, … ¿Pero, y Volodímiainir Zelenski? ¿estamos seguros de que es el hombre de paz?… porque yo no he visto más que exigencias y por qué no decirlo, provocaciones, desde su posición: a la UE, al Consejo de Europa, a los bancos, a EEUU, a varios países… y básicamente de todo; su entrada en Europa, su entrada en la OTAN, la creación de una zona de exclusión aérea, el envío de tropas, el envío de armamento, el envío de cazas de combate… sólo le falta decir que quiere un puente aéreo con Barcelona, y que se celebren en Kiev las próximas olimpiadas.

¿Y todo esto, digo yo, no nos remueve la conciencia lo más mínimo? Sobre todo, después de los fallecidos que hemos tenido por la COVID… ¿Nosotros, los españoles, que hemos enviado contingentes militares hasta en 17 misiones en el exterior: ¿cuestión que puede consultarse en la web de nuestro Ministerio de Defensa, a golpe de clic -, nos tendríamos que extrañar de que esto no sea suficiente y queramos dar un paso más allá involucrando directamente a nuestro país en un conflicto armado? En mi opinión no… ¿por qué? Porque los conflictos armados sólo se desatan cuando las demás vías alternativas fracasan, o cuando directamente, conviene que estas lo hagan. Es decir, hay multitud de empresas españolas actualmente operando en Rusia: Inditex, Indra, Fermax, Obrascon Huarte Lain, Iberdrola, Repsol, Talgo, Flamagas… y así hasta más de 100 según datos del ICEX, que van a ver perjudicados a sus trabajadores. Y no olvidemos que todas estas empresas suponen grandes vías de ingresos a nuestro país. ¿Dónde quedarían las tan alabadas máquinas de protonterapia que envió Amancio Ortega si no fuese quién es?… Luego sí, se le puede criticar todo lo que se quiera, la crítica es libre y permitida, pero, a ti cómo ciudadano ¿qué es lo que verdaderamente te importa? Eso es lo que nos debemos preguntar. Porque en verdad el Estado, como estado (o nación, o nación de naciones, o lo que sea), tiene otros intereses distintos, debiendo pensar que para los que nos van a introducir sin piedad en un conflicto bélico, todas estas firmas empresariales encadenan ciertos años de perspectivas de crecimiento en los países afectados sin verse demasiado forzadas por la tensión diplomática que afecta la zona (y consecuentemente a sus ciudadanos). En verdad la gente [3] que está aparejada a la industria armamentística pide paso, (Que son países enteros, como los EEUU) y es que ahora le tocaría el protagonismo a la denostada, criticada y prejuiciada industria de defensa, la cual, a grandes rasgos, lleva muchos años fabricando gran cantidad de munición y tecnología para acumular stock sin darle la salida útil, es decir, sin darle salida para la finalidad para la que las hemos creado: para la defensa de nuestro territorio soberano.

Esto crea que, como resumen nos veamos innecesariamente (Desde el punto de vista humano), abocados a una guerra para potenciar una industria cada día más despreciada cuanto menos, teniendo en cuenta el daño que provoca a las personas, interesadas o directamente abocadas por obligación a formar parte de un conflicto donde no ven representado ningún interés, así como los cada vez más dudosos beneficios que de manera general reporta a los países donde se desarrolla la contienda, sobre todo cuando estos tienen poco o nada que ver con el conflicto armado en sí, ya que no poseen intereses reales en dicho territorio.

En el plano actual, seguramente a EEUU le interese de algún modo empujar a la pacífica UE a una guerra a varias bandas, para desestabilizarla comercial y políticamente. Generar divisiones internas y salir victoriosa. En todo esto, Rusia también interviene ya que, sabiendo que las intenciones de EEUU son claramente esas, tampoco alza la voz para ver si Europa reacciona y se da cuenta que la vía militar no es la vía a seguir para resolver ágilmente el problema actual en un país vecino a ambos (Europa y la Federación Rusa), que actualmente aglutina territorios que quieren fervientemente pertenecer a Rusia y no a Ucrania, mayormente por la simple cuestión de que hace no demasiado tiempo (la vida de un ser humano no es demasiado larga si tenemos en cuenta la de las plantas, algunos animales, edades geológicas o la propia existencia de la humanidad), todos esos territorios fueron un gran país unido, y cuyas gentes aún recuerdan, piensan y se sienten vinculados de alguna u otra manera más a la forma de pensar pro-rusa, que pro-ucraniana, sea cual sea la vertiente o características que difieran de estas dos maneras de pensar, debiendo hacer aquí hincapié a que Putin, no es comunista precisamente. Lo que nos debe hacer ver que debe haber algo “más allá” que el simple color político, esto es: toda una forma de vida, que a las gentes de esos territorios les lleve a posicionarse a favor de una nación entera, despreciando aquella en la que verdaderamente está situado su territorio.

La pregunta aquí verdaderamente es; ¿y es que acaso a nosotros nos importa la gente en la que piensen los demás?, ¿es que acaso nosotros deberíamos meternos en conflictos internos de un país lejano?, ¿acaso ellos se han entrometido de manera activa y visible cuando nosotros los tenemos/teníamos?, y a mayores, ¿es esta la Europa que queremos construir? Teniendo en cuenta que la destrucción de todo en lo que hemos trabajado se ve en juego actualmente.

Tal vez habría que intentar ser inteligente, como lo hacen los países que menos tienen que perder en todo este asunto (EEUU, los países lejanos, y como no, aquello que siempre hemos llamado Iberoamérica, que tal vez sea donde haya que acabar yéndose si seguimos así, paradójicamente), antes de entrar en un conflicto bélico que no nos corresponde.

Conclusión

No obstante, para quien quiera atreverse a pensar de otra manera escribo esto, por si todo al final acaba estallando, y el gobierno autoproclamado social-comunista que tenemos, acaba siendo cómplice de los acólitos del Tío SAM y su órbita, declarándole la guerra a Putin (nuevamente rojos contra azules, curiosamente), que al menos piense los clavos ardiendo que hay a su alrededor y salga lo menos perjudicado posible. Porque sí, nosotros, a diferencia del resto de Europa, tenemos Ceuta y Melilla que no están en la OTAN, y que están bajo una amenaza de los países del norte de África, como Marruecos, bajo los que en una hipotética amenaza para nuestra soberanía con los ojos puestos en esos territorios, no está claro la vertiente defensiva que tendría EEUU, (teniendo en cuenta que quiere debilitar a Europa, y generar relaciones comerciales fuertes con Marruecos, a quien considera un importante actor que da estabilidad en el mundo árabe), en un hipotético conflicto con el reino Alauí.

Dicho todo esto y, a grandes rasgos: Si una III Guerra Mundial se crea, tendremos muchas industrias que salgan desfavorecidas, habrá hambruna, guerra y miseria como nunca antes se ha visto, puede que nuestro estado del bienestar, así como nuestros avances sociales se vean afectados considerablemente obligándonos incluso a retroceder en todo aquello ganado, no obstante, hay otras cuestiones donde nunca o casi nunca solemos caer, tales como las materias primas, los bienes raíz o el auge de la industria armamentística y de defensa (por ejemplo), sin olvidar nunca la premisa que siempre hemos intentado potenciar desde sectores como el digital; la resiliencia, debe de ser no sólo nuestra hoja de ruta, sino nuestro principal instrumento para amortiguar lo que se nos viene encima. Por ello debemos estar muy atentos a los movimientos internacionales, porque vendrán oportunidades y cometeremos errores: en nuestra naturaleza humana está. Pero siempre debemos intentar buscar la forma más realista para anteponernos a ellos, y generar esa suerte que nos haga cometer los mínimos posibles para que, en un futuro, si ocurre lo peor, aquello que no deseamos, el futuro que nos quede por delante, y el que les proveamos a nuestras generaciones futuras, sea más fácil de labrar que lo que nuestros ancestros dejaron.

Aprendamos nosotros también, fruto de lo que la vida y la historia nos ha generado, a título personal a ayudarnos, anteponerlos, generar alternativas, y minimizar el daño. En resumen, aprendamos a ser resilientes, porque este comportamiento no es sino lo que nos toca a tenor de las políticas seguidas por nuestros líderes

Bibliografía

https://www.defensa.gob.es/misiones/en_exterior/

https://www.icex.es/icex/es/navegacion-principal/implantacion-e-inversion-exterior/informacion-para-invertir-en-el-exterior/empresas-espanolas-establecidas-en-el-exterior/directorio-empresas-espanolas-establecidas-rusia-4729650.html

https://publicaciones.defensa.gob.es/media/downloadable/files/links/c/a/catalogo-industria-espdef__2021_2022.pdf

1. El que piense que el tabaco no tiene un bien sustitutivo, es que no está pensando desde la visión capitalista la cual, no es mala, ni la estamos criticando, simplemente decimos que tiene una mecánica distinta y que para entenderla globalmente hay que atreverse a pensar algo disruptivo de como normalmente se está acostumbrado. Esto básicamente, ligado al ejemplo del tabaco, ha de decir que lógicamente la sustancia sustitutiva ha de generar algo parecido a vicio (necesidad de consumir y ligarte a esa sustancia para que genere los necesarios ingresos de retorno). Lo que ocurre es que esa sustancia que te genera vicio no es lesiva o lo es mucho menos que la nicotina. En eso consiste el avance generado por la revolución digital y el mundo contemporáneo: Las cosas malas para el ser humano, a ser posible, se intentan prohibir a favor de la sustitución o el por algo que provoque los mismos placeres, pero sin ser tan malo.

2. Porque sí, hemos de asumir que de alguna u otra manera ya nos hemos posicionado y lamentablemente para nuestras delicadas economías, actualmente Rusia es el enemigo, al que hemos echado del sistema SWIFT, desconectado de las principales pasarelas de pago, cercado comercialmente, despreciado sus necesarias materias primas (como el gas y el petróleo que está ahogando a nuestros nacionales en sus negocios – y eso que nos vendieron el mantra de que “con no sé cuántas regasificadoras en nuestro territorio”, la red de ENAGAS, y consecuentemente la homóloga portuguesa REN, sobrevivirían a los embates de la oscilación de precios como consecuencia del conflicto… ).

3. Gente, porque siempre, detrás de un país, u organización, ya sea empresa, grupo de empresas, poder fáctico o cualquiera de formas de inferir comportamientos a los demás, se hallan individuos, debiendo pensar con esa perspectiva: ¿Al final, que es lo que a ti te interesa?

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