La humanidad trabaja duro para desarrollar una ética que regule el uso de la inteligencia artificial, pero no hace el mismo esfuerzo por defender, custodiar y preservar la armonía de la naturaleza.
En la era digital necesitamos un pacto planetario inédito, no solo para regular el uso de nuestros artefactos sino también para alcanzar una nueva filosofía de la naturaleza, la cual es ineludible para ampliar nuestra concepción de vida y poder comportarnos de manera noble con nuestra propia casa cósmica. Y, de esta manera, comprometernos con el sostenimiento de la vida no solamente humana, sino también no humana. Civilización y naturaleza forman una sinapsis trascendental.
El primer desafío en la era digital es que la humanidad comprenda que cada innovación afecta y compromete a toda la existencia y al planeta, por ello cuando hablamos de IA, 5G, Blockchain, ética, datos y algoritmos, debemos incluir a la naturaleza; ya que el centro de la innovación de la era digital se basa en el paradigma de la inteligencia natural.
Abstract
Humanity works hard to develop an ethic that regulates the use of artificial intelligence, but it does not make the same effort to defend, protect and preserve the harmony of nature.
In the digital era we need an unprecedented planetary pact, not only to regulate the use of our artifacts but also to achieve a new philosophy of nature, which is unavoidable to expand our conception of life and be able to behave in a noble way with our home cosmic. And, in this way, commit ourselves to sustaining life not only human, but also non-human. Civilization and nature form a transcendental synapse.
The first challenge in the digital era is for humanity to understand that each innovation affects and compromises all way of existence and the planet, therefore when we talk about AI, 5G, Blockchain, ethics, data and algorithms, we must include nature since the center of innovation of the digital era is based on the paradigm of natural intelligence.
Introducción
El cuidado y resguardo de la vida es el centro de la innovación, siendo el primer desafío de la era digital que los especialistas en datos y en algoritmos, los tecnólogos y científicos; comprendan que cada avance, cada respuesta y cada innovación afecta nuestra existencia; afecta y compromete a la existencia de todas las especies y a nuestro planeta; es decir, compromete el bienestar de nuestra morada cósmica.
La humanidad trabaja duro para desarrollar una ética que regule el uso de la inteligencia artificial, pero no hace el mismo esfuerzo por defender, custodiar, preservar y proteger la armonía de la naturaleza.
En la era digital necesitamos un pacto planetario inédito, no solo para regular el uso de nuestros artefactos sino también para alcanzar una nueva filosofía de la naturaleza, la cual es ineludible para ampliar nuestra concepción de vida y poder comportarnos de manera noble con nuestra propia casa cósmica. Y, de esta manera, comprometernos con el sostenimiento de la vida humana, sino también no humana, es decir, con el sostenimiento de la vida natural, la naturaleza que nos rodea. Civilización y naturaleza forman una sinapsis trascendental
El primer desafío en la era digital es que la humanidad comprenda que cada innovación afecta y compromete la existencia, por ello cuando hablamos de inteligencia artificial, 5G, Blockchain, ética, datos y algoritmos, debemos incluir a la naturaleza; porque el centro de la innovación de la era digital se basa en el modelo de la inteligencia natural que a su vez se asienta en el paradigma fenomenológico de la donación.
Con el despliegue del paradigma fenomenológico, sobrevendrá la toma de consciencia del respeto y responsabilidad por el entorno, de dicha toma de consciencia resultará el pacto global, el respeto y responsabilidad por la naturaleza; así podremos detener la destrucción que llevamos adelante hace siglos.
Desarrollar respeto y responsabilidad por la información que porta el entorno natural, desarrollar consciencia acerca de que los humanos y los no-humanos (es decir, los otros seres biológicos que habitan el planeta) portamos la misma información trascendental; será el resultado de comprender que somos privilegiados custodios de la donación.
En el presente trabajo, desarrollaremos tres principios fundamentales que deberán ser la base de la nueva regulación ética de la inteligencia artificial que incluye un inédito pacto planetario entre civilización y naturaleza. La nueva ética y el inédito pacto pueden surgir por el advenimiento de la filosofía natural que surge dentro del paradigma fenomenológico de la donación. Los tres principios fundamentales son:
1) Todos los dispositivos artificiales deben promover el desarrollo del pensamiento crítico-reflexivo, es decir, lo artificial nunca puede impedir que el ser humano piense, lo artificial y lo virtual nunca pueden impedir que el ser humano filosofe. El libre albedrío nunca debe ser anulado.
2) En la era digital necesitamos un pacto planetario sin precedentes, no solo para regular el uso de nuestros artefactos sino también para lograr una nueva filosofía de la naturaleza, que es ineludible para ampliar nuestra concepción de la vida y poder comportarnos de una manera noble con nuestro hogar cósmico
3) El primer desafío en la era digital es que la humanidad entienda que cada innovación afecta y compromete todas las formas de existencia y del planeta, por lo que cuando hablamos de inteligencia artificial, 5G, Blockchain, ética, datos y algoritmos, debemos incluir la naturaleza. ya que el centro de innovación de la era digital se basa en el paradigma de la inteligencia natural
Desarrollo
I
Paradigma fenomenológico de la donación
La fenomenología tiene momentos: 1) la puesta entre paréntesis (epojé), lo que está puesto entre paréntesis, no es que este negado sino en suspenso; es la trascendencia del mundo la que está en suspenso y esto tiene que ser validado por la conciencia; y 2) la reconducción, volver al ámbito originario, reconducir los fenómenos a los orígenes donde se dan (reducción). El “retorno a las cosas mismas” (Marion, 2011; p. 24), ese retorno a los actos implica que “la intuición originariamente donante sea una fuente de derecho de conocimiento” (Marion, 2011; p. 25), es lo que amplifica los conceptos y permite hablar de intuición categorial y universal, es decir, de la primacía incondicionada de la donación del fenómeno.
La “irrupción” (per se) de dichos fenómenos o acontecimientos es la novedad, como la rama que se abre para que surja un nuevo brote; algo se quiebra para que salga algo nuevo. Eso que irrumpe y se amplifica es la noción de donación que estaba limitada a lo tangible y palpable. Surge el nuevo paradigma fenomenológico que logra mostrar: a) los fenómenos cuánticos como fenómenos saturados y b) al Big Bang, punto inicial (la singularidad inicial de nuestro Universo), en el que se formó la materia, el espacio y el tiempo; como el instante en el que irrumpe la Gran Donación de la existencia y por ende el aparecer de nuestra casa cósmica.
La donación establece las etapas de la fenomenalidad, es puro don gratuito y es suficiente con que sea dado para que podamos describirlo; la donación constituye al sujeto, por ello es sujeto dado. Dicho de otra manera, la fenomenología revisa aquello que llamamos “fenómenos”, opera una reducción de los fenómenos a partir de la cual el acceso a dichos fenómenos es posible. Sostiene que el sujeto es constituido por los fenómenos que le llegan como manifestaciones o acontecimientos, el sujeto es el que recibe, al que se le da: adonné. El paradigma fenomenológico plantea una renovación conceptual metafísica-teológica y conduce a pensar los fenómenos a partir de la donación, que a su vez nos brinda la noción de acontecimiento, por ello lo consideramos sucesor o extensión del paradigma estándar
El paradigma fenomenológico otorga mayor inteligibilidad al alumbrar cuestiones que exigen un profundo replanteamiento cultural–epistémico–ético, es por ello que necesitamos trabajar con preguntas que retoman algunos problemas griegos fundamentales, para contemplarlos y tratarlos desde una nueva perspectiva. haciendo abstracción del problema mismo para dar las condiciones de nacimiento de una nueva comprensión de la fenomenicidad de los acontecimientos; así podremos re–configurar el paisaje y el potencial de la nueva metafísica surgida desde la fenomenología.
En otras palabras, la fenomenología tiene el objetivo de acceder a la aparición, transgredir la impresión percibida de la cosa misma, es decir de lo que se da, y no de la subjetividad; de esta manera el fenómeno se manifiesta porque la reducción suspende las falsedades. Así, el giro va del demostrar al mostrar.
El paradigma fenomenológico hace visibles fenómenos que, sin él, hubieran permanecido inaccesibles, además de desarrollar respeto, responsabilidad y comprensión de la información trascendental que porta el entorno natural; esto amplia nuestra consciencia.
II
Gran Donación
El modelo cosmológico estándar, entiende por Big Bang el comienzo del universo, es decir, el punto inicial en el que se formó la materia, el espacio y el tiempo. Si bien refiere al instante conocido como singularidad, es un punto que concentra materia y energía infinitas. La ciencia fue construyendo la génesis de la explicación de un universo en movimiento y en expansión constante; pero, la “gran explosión” del modelo estándar puede adquirir mayor inteligibilidad si la asociamos a un instante fenomenológico. En este sentido, el big bang es un acontecimiento en el que irrumpe la donación de la existencia, es el instante del “estallido de donación”.
Entonces, nuestra historia cósmica comienza con la irrupción de la Gran Donación como acontecimiento fenomenológico, es el inicio de la novedad. Eso que irrumpe y se amplifica y expande y propaga es la donación, es el glorioso instante en el que irrumpe la estructura misma del universo con sus elementos fundamentales y sus leyes inherentes. La donación despliega un hervidero de infinitas interacciones de las que surgirán los diversos elementos, cada interacción produce una fluctuación de la cual emana una vibración. No elegimos nacer en la vibración en que vivimos; pero estamos intrínsecamente conectados a ella, el latido del humano y el latido de la vibración en que se desarrolla la casa cósmica, son un latido único. Somos un latido único, la información que porta nuestra sangre, nuestras neuronas, nuestras emociones y nuestros pensamientos, la tierra, el agua y el aire se forjan en el entretejido de las interacciones provenientes de la donación.
« Materia, sentimiento, emoción y pensamiento son vibración. El Humano está intrínsecamente conectado a todo lo que existe, su energía vibra al compás de las interacciones. Entonces, se puede afirmar que las interacciones son el Arjé, elemento de lo que está hecho todo lo que existe. Los objetos físicos son enjambre de entidades cuánticas vibrando. La cuántica develó que lo existente no es suma de materia fragmentada sino vibración. Somos vibración».[1]
El espíritu humano puede ir más allá de la materia visible y palpable, ya que posee recuerdos moleculares, porque los elementos de los cuales está formado provienen del instante de la irrupción de la “gran donación”. Cada célula humana porta el sello biológico-geométrico de la donación; la irrupción de la donación produjo infinitas vibraciones, cada una de ellas tiene su patrón dimensional con una red compleja de fuerzas y leyes que tejen el advenimiento de existencia; las interacciones portan el sello biológico-geométrico primigenio que dan origen a la danza de la existencia.
Todo lo que existió, existe y existirá es forjado en las interacciones surgidas de la “gran irrupción de la donación”, la donación misma posee el código del Creador (Primer Pensador, el Primer Filósofo). El código del Primer Pensador es su propio ADN, es decir, cuando El Creador dona, lo que dona es la información de su ADN.
La estructura del ADN Humano tiene un comportamiento vibratorio y evoluciona según el código biológico-geométrico de nuestra casa cósmica; es decir, el código que proviene de la donación es la base primordial de la existencia. Es pulso y latido que nos unifica. Es la fibra que une todos los sistemas en uno. De ahí que nuestra conciencia sea no-local, infinita y eterna porque está conectada a la estructura de nuestra casa cósmica y ésta a su vez a nuestra ruta galáctica.
Se plantea el advenimiento de un sucesor o extensión del paradigma estándar; ergo, un cambio en el concepto de hombre, de existencia y de vida, en la manera de construir el saber y en la forma de pensar. Por ello, tiene un aspecto de metamorfosis, que nos brindan mayor inteligibilidad y modifica el trascendental posicionamiento del humano en el cosmos.
El humano del siglo XXI debe inspirar solidaridad y colaboración para vibrar en armonía con el entorno y con los demás seres, así, acceder a la comprehensión de su colosal trascendencia en la donación. Planteamos una renovación conceptual metafísica-teológica que conduzca a pensar los fenómenos y la existencia a partir de la donación, y a partir de ella comprender la importancia de proteger nuestra morada cósmica. La existencia toda es la consecuencia privilegiada de la donación. Llegó la hora de comprender que todo el cosmos obedece al amor de la donación.
III
Armonía de la naturaleza y pacto planetario
Llegó la época de comprender que somos parte de la armonía de la naturaleza y debemos proteger a todos los seres que habitan nuestra morada cósmica, porque todos existimos por y dentro de la donación; defender la armonía natural es proteger la donación. Una forma de defender la armonía de la naturaleza es imitándola.
¿Por qué imitar la naturaleza?
Los árboles manifiestan comportamientos grupales, es decir, ellos se benefician unos a otros y no sólo se alimentan a sí mismos, sino que pueden mantener vivo a un compañero caído, se encargan de alimentarlo mediante sus redes de raíces interconectadas en el suelo. Edificar las ciudades inteligentes imitando el patrón geométrico de la naturaleza, significa incluir lo que se conoce como la “Grieta de la Timidez”, un hecho insólito y fascinante. Se trata de una conducta mediante la cual los árboles se cuidan entre ellos, así evitan hacerse sombra y no competir por la luz. Para los árboles, producir hojas es un gran costo de energía por lo que hacer que crezcan y choquen con las hojas del árbol que está al lado es un desperdicio energético. La naturaleza elige lo óptimo y en ella no siempre prevalece la ley del más fuerte, la naturaleza nos muestra cómo la vida funciona mejor si colaboramos.
El actuar de la naturaleza se corresponde a la iniciativa de las ciudades inteligentes, éstas promueven el valor colectivo con un enfoque de gestión sobre el flujo de conocimiento. Es una colaboración natural que adquiere relevancia en el actual contexto de innovación urbana y cultural, donde las fronteras como las conocemos, desaparecerán.
Desde hace un tiempo, el ser humano, viene imitando la naturaleza; la web es imitación de los impulsos eléctricos que envían los árboles advirtiendo a sus vecinos de futuros peligros. Es mediante este sistema que sus memorias se interconectan e intercambian nutrientes cuando un miembro envía señales de que está herido.
Ahora debemos dar un paso más en la imitación. Las ciudades inteligentes deben ser modelo de justicia, para ello deberemos formar ciudadanos que sepan dialogar, participar y deliberar; especialmente comprender la situación del otro. La tecnología que define a las ciudades inteligentes es la creatividad en las decisiones, ello se deriva de una óptima comunicación entre la gobernanza del planeta y los ciudadanos. En las ciudades inteligentes la comunicación es tan importante como la información, esto optimiza la calidad de los asuntos públicos. Las ciudades inteligentes desarrollan una biosfera conectada al planeta, la red transmite datos de la vibración del plantea a los ciudadanos y ayuda a que ellos vibren en la misma sintonía, de esta manera generan un campo magnético compatible, se alinean las frecuencias de la resonancia electromagnética y esto repercute a nivel celular y social.
Son ciudades del conocimiento, que se edifican con nuevos materiales y nuevas estrategias; y la gobernanza digital de cada una deberá afrontar problemas estructurales, sociales, políticos, de información y tecnológicos atravesados por la dimensión ética. En las ciudades inteligentes se utilizará el ADN como un USB, de esta manera se podrá transportar información genética, vamos a guardar información digital en el sistema de almacenamiento de datos más antiguo y eficiente de la naturaleza. Debemos tener en cuenta que en cada partícula, molécula, átomo, fotón o electrón está contenida la información del cosmos sin que ningún dato se pierda. La naturaleza, una vez más, nos muestra el rumbo, en este caso nos muestra el rumbo del mundo digital y de la inteligencia artificial. Este almacenamiento no utiliza electricidad ni requiere mantenimiento, tampoco tiene problemas de incompatibilidad. Además, el ADN es una antena para la regulación celular, los espirales de energía del ADN se manifiestan en un campo cuántico. Esto transformará a la humanidad, llegará el cyber-ciudadano y el homo sapiens mutará radicalmente, esta mutación es inevitable. La conexión cerebro-cuerpo-red nos conducirá a realidades que serán tanto o más reales que la realidad física. La nanotecnología creará mundos, viviremos en el interior de la red y nos transmitiremos pensamientos a modo de postales neuronales digitales.
Las ciudades inteligentes estarán integradas por ciudadanos capaces de pensar en red y diseñar un entorno sostenible y una arquitectura verde eficiente, ecológica y conectada al planeta.
La digitalización es la médula de la ciudad, dicha médula requiere equilibrio para aprovechar las oportunidades y reducir los riesgos. El equilibrio se sostiene con la protección de los derechos fundamentales a la innovación, al desarrollo del talento y la protección de los valores públicos. Los ciudadanos desarrollarán un ecosistema de confianza y excelencia, y la inteligencia artificial pondrá el acento y regulará el mercado de datos, encriptación y salud. De esta manera, la inteligencia artificial remodelará las economías de las ciudades.
Dado que las aplicaciones de inteligencia artificial dependen de los datos para entrenar y desarrollar algoritmos y modelos de aprendizaje automático, es esencial que los conjuntos de datos utilizados sean de alta calidad, tengan un volumen suficientemente grande, sean imparciales y que exista una infraestructura capaz de realizar análisis de datos de gran alcance. Para cumplir estas condiciones, las ciudades inteligentes incluirán una gobernanza de datos, asentada en un mercado de datos digitales, una infraestructura en red de la nube, sumados a la computación cuántica. Todas las ciudades estarán bajo leyes e iniciativas políticas que identifiquen grietas y desafíos; también abordarán el acceso, el intercambio y procesamiento de datos industriales.
El nuevo sistema político de las ciudades digitales se denominará Cratosmundi, ya no es el poder del pueblo sino el poder del mundo. Cratosmundi es un Consejo integrado por los representantes de las ciudades digitales. En este contexto, el concepto ciudadano adquiere una nueva dimensión. Las fronteras como las conocemos desaparecerán, en consecuencia, los países también, surgirán las regiones autónomas y sustentables. Nuevos territorios que serán representados ante el Consejo del Mundo. Si bien cada región será autónoma con sus leyes y autosuficiente en su producción; todas estarán bajo las leyes del Consejo del mundo.
Cratosmundi es una organización política-social que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la ciudadanía; en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por cada ciudadano mediante mecanismos de participación digital directa que confieren legitimidad a sus representantes. En sentido amplio, Cratosmundi es una forma de convivencia en la que los miembros son ciudadanos del mundo cuyas metas comunes es el desarrollo sostenible de la casa cósmica.
La filosofía enseña a “aprender a ser humano” de ahí la importancia del filósofo como educador en las ciudades digitales. El filósofo como educador de una educación integral que permite el desarrollo de la personalidad para que cada ciudadano pueda desplegar su ethos hacia la excelencia en la adquisición de virtudes y valores: al ethos debemos construirlo entre todos para que sea un ethos común, así, podemos elaborar leyes y participar en la res publica, ésta es la mejor manera de convertirnos en ciudadanos virtuosos y felices protectores de la donación.
Mejorar el mundo requerirá cambios fundamentales en el viejo orden mundial. Evidentemente no será fácil, ya que, en la era digital, la ética vincula la política con la tecnología, por lo que la gobernanza examina las interacciones horizontales entre la economía, la sociedad, la política; la tecnología juega un rol central en todos los ámbitos. La analítica de datos nos brinda posibilidades de toma de decisiones mejor informadas y con menor riesgo, y esto es fundamental a la hora de formular políticas públicas y normativas sobre privacidad. ¿Qué puede aportar la filosofía a la era digital? La filosofía aporta dimensión humana, reflexión, ética y un nuevo paradigma. A través de la filosofía, se pueden abordar los desafíos y oportunidades de la transformación digital de la gobernanza de las ciudades inteligentes. La gobernanza de las ciudades será totalmente digital sin perder de vista la armonía de la naturaleza, de ahí la importancia de la ética.
Desde este presente y en el futuro deberíamos hablar de colaboración, no de trabajo. Y deberíamos discutir cómo será la colaboración en el futuro; sin duda la colaboración está relacionada con la protección de datos, de los ciudadanos y de la casa cósmica. Los ciudadanos deben percibir cómo la política configura el desarrollo de la tecnología y cómo la tecnología configura las políticas. Construir una adecuada gobernanza local e interurbana para capacitar a las nuevas generaciones de ciudadanos responsables en el uso de la tecnología en la naturaleza y en el uso de datos. El gran objetivo es concienciar sobre los impactos sociales y naturales de la tecnología, especialmente este objetivo está dirigido a científicos de datos, legisladores y líderes empresariales actuales y futuros. Los ciudadanos debemos transformar nuestra forma de competir, nuestra forma de hacer política y economía, debemos cambiar las estrategias educativas, debemos entender el lugar que ocupamos y lograr una moral y un razonamiento de respeto y aporte; es decir debemos hacer un pacto global en el cual se plasme el respeto por la naturaleza y la existencia toda.
« The philosophy of artificial intelligence reflects on the imitation of nature in attempt to find solutions to new problems and new interactions between the biological and the digital. Although each smart city will have its artificial intelligence system that will connect all citizens without the need for a screen, smart city systems will also be interconnected, using data and algorithms. Philosophy provides a human dimension, reflection and ethics. Through philosophy the challenges and opportunities of digital transformation in the governance of smart cities can be addressed. Citizens of smart cities will need to develop a common ethos in order to make laws and participate in the public sector in a more virtuous way ». [2]
Dicho pacto global desarrollará una nueva realidad que nos concierne a todos porque el problema de pensar en la transformación digital afecta la vida y la forma de entender la existencia. La filosofía del nuevo pacto se asienta en reflexionar sobre cómo la inteligencia artificial se convertirá en la tecnología del futuro y será parte de cada ciudadano y de los territorios. La filosofía de la inteligencia artificial reflexiona sobre la imitación de la naturaleza en un intento por encontrar soluciones a nuevos problemas y nuevas interacciones entre el material biológico, el material artificial y el material digital.
En los albores de la era digital estamos construyendo la bioética del futuro, es necesaria no solo para una buena calidad de vida colectiva sino para una transferencia equitativa de conocimiento y una auténtica conciencia social que genere bienestar y confianza en el procesamiento de datos públicos y privados; seguridad en la gestión de algoritmos y gobernanza equilibrada en la regulación transparente del ecosistema artificial en el ecosistema natural. La red de inteligencia artificial de las regiones configurará una estructura capaz de analizar el medio ambiente como un activo estratégico sin el cual no sería posible un nuevo pacto global. El nuevo orden brindará a las personas oportunidades nuevas y únicas, hará que la vida de las personas sea más significativa y, en cierto sentido, más simple, ordenada, lógica, justa, interesante y feliz. Por ello, el pacto planetario debe basarse en un principio fundamental: todos los artefactos artificiales deben sustentar la existencia, el filosofar y el libre albedrío.
IV
Civilización y naturaleza en la era digital
En la era digital el ser humano accederá a la comprensión y respeto de la armonía de la cual somos partes; por ello la era digital se basa en el modelo de la inteligencia natural que a su vez se asienta en el paradigma fenomenológico de la donación.
La filosofía de la era digital es multi-horizontal porque reúne a la informática, la robótica, la psicología, las ciencias de la información, la transferencia y las ciencias de la gestión. El objetivo de la reflexión filosófica es una mejor comprensión de las cuestiones sociales, morales y políticas de la evolución de lo artificial, así como la determinación de reglas éticas para un mundo digital justo. En la era digital se llevará adelante el pacto global como herramienta fundamental para la política pública, la acción colaborativa y la alianza entre civilización y naturaleza. Dicha acción colaborativa será sustentable y amigable, desde la cual se actualizarán las capacidades de talento tecnológico dentro de un humanismo digital.
El humanismo digital estará alerta para no caer en una aplicación ciega de datos masivos y algoritmos en los usuarios, porque hay que tener en cuenta que mientras usamos la tecnología, esta nos transforma. Mientras la civilización interactúa con la naturaleza ésta nos transforma y a su vez nosotros transformamos la naturaleza. El pacto planetario comprende la necesidad de concebir e incorporar a nuestros sistemas de derecho y gobernanza una nueva comprensión filosófica y moral de nuestra relación con la naturaleza, que nos permita vibrar en la misma sintonía que proviene de la donación primigenia. La casa cósmica no es propiedad de los humanos, la casa se nos ha donado al igual que la plena naturaleza y todos los ecosistemas que en ella se desarrollan en perfecta armonía. El humano debe reconocer los derechos de la casa cósmica y proteger la donación de la que somos parte junto a una comunidad más amplia de seres, el bienestar de cada uno depende del bienestar planetario que incluso involucra a la zona en que la misma casa cósmica, como un todo, se desliza en su ruta galáctica. Nuestra casa planetaria tiene derechos, el derecho de sostener la existencia sin arriesgar la vida de ninguna de las comunidades de seres que en ella se desarrolla.
Imitar la naturaleza es intentar imitar la gratuidad de la donación, esta manera de pensar nos conducirá a desarrollar una filosofía de cómo con las herramientas digitales, el humano puede acceder a una reflexión trascendental desde la cual comprender el porqué de la existencia de la naturaleza y el porqué de la existencia de la vida.
« The philosophy of artificial intelligence reflects on how algorithms interconnect data and how artificial intelligence itself feeds on data and the scope of this evolution, in order to regulate the direction of big data. The philosophy of artificial intelligence aims to build an ecosystem and data governance oriented towards the common good. It also tries to find a way out of risks of manipulation, of isolation, of emotional dependence on networks, of the new freedom ». [3]
Pensar filosóficamente la innovación, analizar éticamente las oportunidades y peligros de la era digital nos hará más humanos y equitativos; la ética de lo artificial debe calificar en diferentes contextos sociales y económicos e impactar en las libertades públicas y privadas a la luz de la distinción entre identidad y personalidad digital. Necesitamos una civilización que se comprometa a construir la bioética del futuro, pero no solo con su propio futuro sino con el futuro de la casa cósmica y de los seres que la habitan, ya que los futuros están conectados a los ecosistemas.
Ha comenzado la época de una sociedad natural en convivencia con lo artificial. La humanidad no vive una crisis, sino que vive un horizonte de sucesos, es decir, hay un quiebre entre el pasado y el futuro, una separación entre lo que hemos vivido y lo que viviremos. De este horizonte, ningún humano podrá escapar, ningún humano saldrá como era antes; sino que todos seremos transformados.
Este es el momento de acordar regulaciones y reflexionar acerca de la vida que deseamos para nuestra descendencia. Dicha reflexión no puede ir con la rapidez de la tecnología, precisamente porque es reflexión filosófica toma tiempo; es la perspectiva del pensar.
« In that waiting time the questions arise:
Can the power of creation overcome the power of its creator?
Can the power of artificial intelligence overcome the power of human intelligence? We have created an intelligence that does not need a physical form, but its dimension is virtual, it is beyond the biological tissue. How to hold artificial intelligence accountable when the creator it is no longer responsible, and the responsibility falls on the artifact itself? What will happen when the algorithms decide?
What will we do when the programs and algorithms acquire intentionality? Can artificial intelligence acquire the status of a digital person? If so, what are its rights and obligations? Can a program go into politics and bundle with other algorithms to proselytize? Is that transhumanism or is it the end of humanism? What kind of marginalization and vulnerability will emerge? Progress is inherent to the human, the existential basis of the human being is learning, constantly extending the frontiers of knowledge, innovating. This leads us to the idea that humans will continue technological innovation and extend the intelligence of artifacts ». [4]
¿Cómo haremos para regular nuestra creación? ¿Cómo haremos para que nuestra tecnología respete la naturaleza? Sabemos que la clave está en el uso que hagamos de ella. Pero, ¿La tecnología sabe cómo usar tecnología? ¿Y si la estrategia de la inteligencia artificial no coincide con el bienestar humano y natural? ¿Y si sus preferencias no son nuestras preferencias?
El desafío es crear sistemas artificiales alineados con los valores fundamentales de la vida; entonces, ¿cómo codificamos la inteligencia artificial para que no se vuelva contra la humanidad y contra la naturaleza? ¿Es posible introducir en datos los valores de respeto a la existencia y la protección de la donación? Todo es posible, sólo debemos proponérnoslo y ser perseverantes, transparentes, equitativos; una nueva manera de hacer política está naciendo, es una política planetaria sustentable para la existencia.
Cierre
La elaboración del pacto global depende del desarrollo de una nueva filosofía de la naturaleza, que considere al humano en la naturaleza y no fuera de ella, un contrato nunca antes elaborado por la humanidad; en dicho pacto debe incluir no solo su conducta y sus consecuencias, sino la gobernanza de su propia creación artificial en asuntos cotidianos, servicios públicos y manejo de interacción de datos y el derecho de la naturaleza a ser respetada como una forma de proteger la donación primigenia.
Si en algún momento la inteligencia artificial logra tener derechos, estos jamás deben superponerse o contradecir los derechos de los humanos y los derechos de la naturaleza.
El futuro de la vida depende de la confianza en el desarrollo de formatos que faciliten un diálogo democrático más amplio seguro y confiable basado en el bienestar humano, social y ambiental.
De esta manera, promover el fortalecimiento de la res pública y el compromiso con el entorno; nos conducirá a una civilización con mentalidad cósmica y visión galáctica, éste sería el gran salto evolutivo que el humano necesita.
La fenomenología propone una solución a la cuestión de cómo y porqué se inició nuestro universo, la irrupción de la gran donación desborda las singularidades y ninguna mirada lo engloba de golpe, por ello el acontecimiento es histórico. Pero, sólo hay irrupción de acontecimiento si hay sujeto apto para experimentarlo, es decir un Yo preparado para su llegada; dicha llegada sorprende de manera absoluta y esto nos afecta de tal manera que el sujeto es pensado según su capacidad de recibir el acontecimiento y según su capacidad de dejarse constituir por su llegada.
El convocado se descubre como sujeto que experimenta la sorpresa de un acontecimiento que no comprende y del cual es parte, esto nos daría la oportunidad de percibir la importancia de respetar la armonía de la existencia y expandir nuestro civismo hacia todos los habitantes de nuestra casa cósmica.
Todos estamos conectados a la información y energía omnipotente de la gran donación, hay sistemas solares y galaxias enteras girando y vibrando por la fuerza infinita de la donación, dicha fuerza forma parte de toda la existencia, la fuerza donante es esencial. Puede que no seamos capaces de verla, pero, sin ella, no existiría nada. Cuando llegamos al planeta tierra, tenemos que adaptarnos a vivir sólo como un caso limitado pero único; llegó la hora de comprender que todo el cosmos obedece al amor de la donación.
Bibliografía
-Marión, J.-L. 2008. Siendo dado. Ensayo para una fenomenología de la donación. Madrid. Síntesis.
-Marión, J.-L. 2011. Reducción y donación: investigaciones acerca de Husserl, Heidegger y la fenomenología. Buenos Aires: Prometeo Libros.
-Polisena Viviana. 2016. L’éthique collaborative née des fondations quantiques. In Filozofski Pogledi. Magazin za Kulturu I Filozofiju. Thomson Reuters. UNESCO, pág. 32. Belgrade.
http://filozofski-pogledi.weebly.com/global-ethics-day—19-october
-Polisena Viviana. 2018. Physis, Polis, Kai Paideia in the Era of Globalization. In Apeiron Centre. France.
https://apeironcentre.org/physis-polis-paideia-in-the-era-of-globalization/
-Polisena, V. 2021. Philosophy of Artificial Intelligence: Ethics for Smart Cities. GAIEC. Global AI Ethics Consortium. Alemania.
https://aiethicscourse.org/modules.html
1. Polisena, V. 2016. Dios Juega con el Dado Cuántico. Las Infinitas Interacciones son el Arjé. Eikasia. Revista Bimestral de Filosofía – Oviedo. España, pág. 5. ↑
www.revistadefilosofia.org/numero71.htm
www.revistadefilosofia.org/71-07r.pdf
2. Polisena, V. 2021. Philosophy of Artificial Intelligence: Ethics for Smart Cities. GAIEC. Global AI Ethics Consortium. Alemania, pág. 1-2. ↑
https://aiethicscourse.org/modules.html
3. Polisena, V. 2021. Philosophy of Artificial Intelligence: Ethics for Smart Cities. GAIEC. Global AI Ethics Consortium. Alemania, pág. 2. ↑
https://aiethicscourse.org/modules.html
4. Polisena, V. 2021. Philosophy of Artificial Intelligence: Ethics for Smart Cities. GAIEC. Global AI Ethics Consortium. Alemania, pág. 2. ↑