La primera entrada solemne del obispo de la Diócesis de Orihuela-Alicante a la ciudad oriolana, sede diocesana, es una celebración tradicional que se celebra desde el siglo XVI hasta nuestros días. Desde su primera ejecución, en el año 1564, hasta la última celebrada en el 2012, la entrada episcopal es organizada por el Ayuntamiento de Orihuela y por la Diócesis de Orihuela-Alicante, conjuntamente. La próxima está prevista para el 12 de febrero de 2022, fecha en la que el obispo José Ignacio Munilla entrará solemnemente en Orihuela para tomar posesión de su cátedra.

La Puerta de Callosa en la primera entrada episcopal de Jesús Murgui, 2012. Fuente: Fotos Norman.

Los antecedentes de las celebraciones de entradas se remontan a la época romana y a sus triumphus, es decir, ceremonias triunfales protagonizadas por los generales romanos victoriosos. El triunfador entraba en la ciudad «rodeado de un triunfal desfile en el que le acompañaban el Senado, magistrados, equites, animales sagrados, flautistas, las tropas, etcétera. Además, se cruzaban varios arcos de triunfo hechos con maderas, elementos vegetales o efímeros» (Chiva s.f.: 2).

En las ceremonias triunfales de Roma solamente se accedía a la ciudad por la Porta Triumphalis, una puerta «dotada de una entidad específica y distintiva, hasta el punto de que por ella sólo se accedía en determinadas ocasiones: cuando la cruzaba un cortejo triunfal», (Marcos 2015: 155).

Las características citadas de los triumphus romanos son aplicadas en las entradas episcopales siglos más tarde: arcos triunfales, puerta, desfile/procesión, motivos de palmeras. Y en referencia directa con el cristianismo, las entradas episcopales toman como ejemplo las narraciones descritas en la Biblia, tanto en el Antiguo Testamento (Zacarías 9.9) como en el Nuevo Testamento (San Mateo: 21, 1-11; San Marcos: 11, 1-11; San Lucas: 19, 29-38; San Juan: 12, 12-15), de la entrada de Jesús en Jerusalén, la cual responde a una ceremonia de entrada con sus características propias: recibimiento por parte del pueblo, vítores, adornos y montura. Y estas particularidades son aplicadas a las entradas episcopales ya que éstas también se realizan para honrar al nuevo prelado de la diócesis.

Antecedentes de las entradas episcopales

Ya en el siglo XVI la entrada de una autoridad eclesiástica a la ciudad era considerada una fiesta pública, y por esta razón algunas características de la misma se aplicaban a las entradas episcopales, como era la decoración de las calles y edificios, determinados actos festivos, tal y como indica Ferrer (2005: 128): «La ciudad se engalana y se transforma, como en cualquier fiesta pública, con luminarias, tapices, túmulos y altares o arcos triunfales alusivos a la circunstancia religiosa de la fiesta, con los que se adorna la ciudad, especialmente los edificios representativos del poder, y de los espacios relevantes en el trayecto de la procesión».

Diferentes referencias bibliográficas exponen que durante el siglo XVII (Villaroel 1738: 24) el obispo es recibido en la puerta de la ciudad por el clero, los religiosos, el poder político y los ciudadanos y que, tras el recibimiento, el prelado se sube a un caballo para ir, bajo palio, en procesión hasta la catedral. Para Gaspar de Villaroel la entrada episcopal debe cumplir dos requisitos:

  • El obispo debe entrar en su obispado, con flores esparcidas por las calles, montado en una mula.
  • Al prelado le deben acompañar las autoridades de la localidad como magistrados, cabildo y la nobleza.
Primera entrada episcopal a Orihuela de José García, 1945. Fuente: Antonio Ballester Vidal.
Primera entrada episcopal a Orihuela de José García, 1945. Fuente: Antonio Ballester Vidal.

Primera entrada episcopal a Orihuela de José García, 1945. Fuente: Antonio Ballester Vidal.

Por su parte, el Caeremoniale Episcoporum del año 1752 establece las etapas de la entrada episcopal:

  1. Aviso de la llegada del obispo a la ciudad y preparación ornamental.
  2. Las autoridades religiosas reciben al obispo extramuros y las autoridades civiles le dan la bienvenida al cruzar la puerta, en el interior.
  3. El obispo se dirige a la catedral en cuya puerta se procede al rito del beso a la Lignum Crucis, dando comienzo así al acto propiamente religioso de la toma de posesión canónica.

Bajo esta estructura se sigue celebrando la primera entrada episcopal a la ciudad de Orihuela, cuya investigación y análisis así lo documentan.

Para realizar un estudio ordenado de la primera entrada episcopal a la sede diocesana de Orihuela se ha dividido la misma en varios momentos claves:

  1. Llegada y estancia en Cox.
  2. Recepción en la ermita de San Antón de Orihuela.
  3. Salida de la ermita de San Antón hasta la Puerta de Callosa.

Llegada y estancia en Cox

La ceremonia de la primera entrada episcopal a Orihuela se inicia con la parada oficial en Cox por parte del obispo, una acción que viene realizándose desde el siglo XIX. La primera documentación encontrada al respecto hace referencia al año 1824. Este acto se repite interrumpidamente desde el año 1824 hasta el año 1886, es decir en tres entradas episcopales. A partir del año 1913 hasta la última celebrada, en el 2012, la parada oficial en Cox se lleva a cabo en todas las entradas episcopales a Orihuela celebradas.

El obispo es recibido oficialmente por el cura de la parroquia cojense, junto al alcalde de la ciudad, concejales y otras autoridades locales. El obispo visita la iglesia parroquial, el ayuntamiento y el convento del Carmen.

También es tradición que se organice en Cox una comida en donde se obsequia al nuevo obispo diocesano con un plato típico de la zona, arroz y costra.

Al finalizar el almuerzo, la comitiva inicia su viaje a Orihuela, aproximadamente diez kilómetros de recorrido, haciendo parada en Callosa de Segura y Redován, localidades integrantes en la entrada episcopal del obispo de la Diócesis de Orihuela-Alicante.

Recepción en la ermita de San Antón de Orihuela

La parada en la ermita de San Antón por parte del obispo para descansar e iniciar desde este lugar la comitiva hasta la puerta de entrada a Orihuela está documentada desde la primera entrada episcopal (1605). Salvo algunos vacíos documentales sobre esta etapa, el recorrido en mula desde San Antón hasta la Puerta de Callosa es elemento identificador de la ceremonia.

En la ermita de San Antón, el obispo es recibido por los concejales del Ayuntamiento de Orihuela que forman parte de la Comisión de Festividades y por miembros del Cabildo Catedral.

También es tradición que el nuevo obispo diocesano ore unos instantes en el interior del templo y, después, se tome unos dátiles y beba zumo de naranja, antes de su recorrido en mula hasta la Puerta de Callosa.

Salida de la ermita de San Antón hasta la Puerta de Callosa

La salida del obispo de San Antón hacia la catedral, con una distancia de un kilómetro y medio, es llevada a cabo montado en una mula blanca. Sobre esta tradición, hemos encontrado la primera referencia en la entrada de Andrés Balaguer en el año 1605.

Comitiva saliendo de la ermita de San Antón en la primera entrada episcopal de Jesús Murgui, 2012. Fuente: Fotos Norman.
Comitiva saliendo de la ermita de San Antón en la primera entrada episcopal de Jesús Murgui, 2012. Fuente: Fotos Norman.

La siguiente entrada episcopal se celebra en el año 1627, con el obispo, Bernardo Caballero. Esta es redactada en las Actas capitulares, y en ellas se puede leer que el obispo monta una mula enjaezada de morado mientras que las autoridades de la ciudad lo hacen a caballo, entre ellos el alcalde de Orihuela.

Sin embargo, desde la entrada episcopal del año 1954, de Pablo Barrachina, el edil oriolano no acompaña al obispo montado a caballo, sino que le espera tras la Puerta de Callosa, que permanece cerrada hasta que llega el obispo montado en mula hasta ella.

En referencia a la Puerta de Callosa, se conoce gracias a Gonzalo Vidal Tur (1962: 112) que desde la primera entrada episcopal a Orihuela, en 1564, el obispo entra a la ciudad por dicha puerta.

Durante todo el recorrido desde San Antón hasta la Puerta de Callosa un pertiguero dirige la mula blanca en la que está montado el obispo. Al llegar a la Puerta, es el pertiguero quien da tres golpes al portón de madera. Tras esta llamada, el alcalde que se encuentra al otro lado con el resto de la corporación municipal y demás personalidades locales, pregunta, «¿Quién va?». A lo que responde el pertiguero, «El obispo, que entra en Orihuela». Tras estas palabras, se abre la Puerta de Callosa y la cruza el obispo montado en su mula blanca. Tras cruzar el umbral, se apea del equino y se procede al recibimiento oficial por parte de las autoridades, tanto políticas como eclesiásticas.

Al finalizar las presentaciones y saludos, todos, en procesión cívica, se dirigen a la catedral de El Salvador recorriendo las calles de la ciudad. A determinada altura del recorrido, se instala un altar en honor a la Virgen de Monserrate, Patrona de Orihuela. Aquí se realiza una parada para rezar a la Virgen.

Altar a la Virgen de Monserrate en la entrada episcopal de Javier Irastorza, 1923. Fuente: Javier Sánchez Portas.
Altar a la Virgen de Monserrate en la entrada episcopal de Javier Irastorza, 1923. Fuente: Javier Sánchez Portas.

La llegada a la puerta de la catedral está unida al recorrido elegido por las calles de la ciudad. Según fuera el itinerario, se accedía por un portón u otro. El acceso a la catedral de las tres últimas entradas episcopales ha sido por la Puerta de Loreto, y anterior a estas por la Puerta de las Cadenas.

Y en este punto, concluye el acto de la primera entrada episcopal a Orihuela y comienza la celebración litúrgica de la toma de posesión de la Diócesis de Orihuela-Alicante.

Bibliografía

Chiva Beltrán, Juan. «El ocaso de un ceremonial: las últimas entradas virreinales de la Nueva España». XVI Congreso Internacional de Ahila. Disponible en: <http://hdl.handle.net/10261/30701> [consulta: 16 mayo 2017].

Ferrer Valls, Teresa. 2005. «El espectáculo de la fe: manifestaciones religiosas de la fiesta pública del siglo XVI». Criticón, vol. 94-95: 121-135.

Marcos Casquero, Manuel Antonio. 2005. «Ritos y creencias de la antigua Roma relacionados con las puertas». Revista de Estudios Latinos, nº 5: 147-174.

Vidal Tur, Gonzalo. 1962. Un obispado español el de Orihuela-Alicante. Tomo I, 2ª ed. Alicante: Gráficas Gutemberg.

Villaroel, Gaspar de. 1738. Gobierno eclesiástico-pacífico y unión de los dos cuchillos pontificio, regio. Tomo I, Madrid.

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