El arte paleocristiano es el “primer arte” de los cristianos desarrollándose durante los primeros cinco siglos de nuestra era.
Arquitectura
En la arquitectura paleocristiano podemos establecer dos periodos:
- Anterior al Edicto de Milán (313 d.C)
- Posterior al Edicto de Milán (313 d.C)
Periodo anterior al Edicto de Milán
Roma aceptaba cualquier culto religioso y lo asimilaba, pero siempre y cuando se respetase las divinidades del Panteón greco-romano y se rindiera culto a la figura del Emperador divinizado. De tal forma, ante esta situación, los cristianos por su Fe en el Único Dios y Rey, que es Jesús, por lo que ni rendían ese culto a los dioses ni a la figura del Emperador, junto con un cambio de vida en cuanto a costumbres (banquetes, orgías, fiestas, formas de vestir, etc), provocando la persecución por parte de las autoridades romanas que se sucedieron en diez grandes oleadas comenzando por la que promulgó Nerón.
Ante estos ataques los cristianos fueron martirizados, pero a la vez desarrollaron medidas que le permitieron vivir su Fe tanto de forma individual como comunitaria.
Domus Ecclesiae
En las reuniones comunitarias se realizaron en las Domus romanas (casas) pasando a llamarse “Domus Ecclesiae”.
Dentro de estas casas la comunidad cristiana se reunía en el “triclinium” que es el salón-comedor, aunque también salas dedicadas a la formación doctrinal, salas para la gestión administrativa y en algunas ocasiones habitadas para la estancia y viviendo del sacerdote encargado de la Domus.
La sala más importante era la destinada a la Celebración de la Eucaristía, de mayor tamaño y estaba dividida en dos, una parte donde estaban tanto fieles como catecúmenos hasta que diera comienzo la Consagración, momento en el que debían retirarse los catecúmenos, trasladándose a otra sala.
“Domus Ecclesiae de Dura Europos”
Dura Europos es una ciudad situada en Siria construida entre siglo II y III.
Se organizaba en torno a un patio central estando todas las estancias comunicadas entre sí, accediendo a ella por una escalinata. Tenía una sala habilitada para los fieles catecúmenos, además de sala de grandes dimensiones para los ágapes, así como un baptisterio y una capilla cristiana con decoración en frescos de temática salvífica.
“Domus Ecclesiae de la Casa de Pedro” (Cafarnaún)
Tradicionalmente conocida como la Casa del Apóstol San Pedro en Cafarnaún, fue construida en el s. IV, siendo la sala central de mayor tamaño donde se celebraba la Eucaristía, existiendo, además, abundante decoración en toda la arquitectura.
Martyrium
Estructura que fue construida sobre la tumba de un mártir, el lugar donde fue martirizado o en conmemoración de algún hecho de la vida de Cristo o del mismo santo.
Tenían planta central y estaban relacionados con las construcciones paganas (heroa) que se levantaban en honor a los héroes o sus hazañas.
Se difundieron por todo el Mediterráneo y se prolongo hasta la Edad Media.
Catacumbas
La cultura romana practicaba la cremación cuando un difunto fallecía en cambio los cristianos ante su Fe en Cristo Señor y la Esperanza en la Resurrección inhumaban los cuerpos de los hermanos, hecho que en un primer momento realizaban en los jardines de las casas de particulares, pero en cuanto la comunidad fue creciendo compraron terrenos en los cuales fueron enterrando a los fieles.
En estos terrenos proyectaron los cementerios de forma subterránea, llegando a tener grandes dimensiones con hasta cinco pisos de galerías. Estas galerías eran altas y estrechas (ambulacra) en cuyas paredes se abrían unas cavidades rectangulares (loculi) cerrados con lozas de mármol o ladrillo y donde se depositaban los cuerpos.
Destacar los cuerpos de los santos o mártires que eran depositados en la cubícula, estancia donde se conjugaban las galerías.
Debemos destacar las catacumbas de Roma como la de San Calixto, San Sebastián, Domitila, entre otras.
Cella Memoriae
Eran capillas al aire libre sobre las catacumbas de planta cuadrada y pequeñas dimensiones en las cuales se celebraba Culto en épocas de tolerancia, siendo destruidas y sustituidas por las grandes basílicas tras el Edicto de Milán.
Periodo posterior al Edicto de Milán
Constantino, Emperador de Occidente (306-337) y Licinio, Emperador de Oriente (308-324) se reunieron en Milán en el 313 redactando el edicto con el que se concedía la libertad de culto a todas las religiones, incluidas el Cristianismo. En el 391, Teodosio declara el Cristianismo Religión Oficial del Imperio.
Con el Edicto de Milán se vio la necesidad de una arquitectura propiamente cristiana, donde destacamos:
Basílica Paleocristiana
Ecclesia es Iglesia es decir Asamblea, lugar de reunión de los fieles, de tal forma que la comunidad cristiana cogió la basílica romana como modelo por ser una gran sala de reunión de la Asamblea adaptándola a las necesidades litúrgicas.
Así, estaba precedida por un atrium, patio rectangular y porticado con una fuente en el centro llamada cantharus. Una vez pasado el atrium se accede al narthex, nave transversal destinada a los catecúmenos y que daba acceso al interior de la basílica. Dicha basílica estaba orientada al Este, formada por tres naves o incluso cinco, siendo la central más ancha y alta que las laterales. Las naves podrían estar separadas por columnas unidas por un arquitrabe y/o. Sobre las naves laterales podría situarse el matroneum (tribunas para mujeres).
La nave central termina en un gran arco triunfal abierto al transepto (nave transversal de crucero), y a continuación, por unas gradas, se sube al presbiterium (parte principal de la basílica y de planta semicircular) en cuyo centro estaba el ara (altar) cubierto por un ciborium (baldaquino sobre los restos de un mártir -confessio-); al fondo estaba la solea o bema (asiento corrido para los presbíteros).
El ábside estaba cubierto por una bóveda y las naves por un techo de madera plana con casetones o un tejado también de madera.
Fieles se distribuían en las naves laterales, mujeres a la derecha y los hombres a la izquierda, reservada la nave central para el clero menor. A ambos lados del ábside se encontraban los ambones (púlpitos), el de la izquierda para el Evangelio y el de la derecha para la Epístolas.
El Emperador Constantino apoyó a los cristianos construyendo algunos templo con esta estructura y donando también algunas propiedades del Imperio como el Palacio del Cónsul Sextus Lateranus donde se levantó la Basílica Lateranense dedicada a San Juan.
Esta basílica tenía cinco naves separadas por cuatro filas de columnas sobre cuyos capiteles se encuentra un arquitrabe. El transepto fue una adición medieval.
Las obras que se realizaron en ella entre los siglos XVII y XIX la han transformado considerablemente.
La Basílica de San Pedro fue construida entre el 319 y el 322 en la Colina Vaticana donde fue martirizado San Pedro, destruida en el s. XVI para la construcción de las actual a cargo de Bramante y Miguel Ángel, aunque gracias a dibujos y pinturas medievales la conocemos.
Tenía cinco naves separadas por columnas, estando sostenidas las de la nave central por un arquitrabe y las de las laterales por medio de arcos. El transepto tenia un ábside con el altar en medio de la nave transversal entre el arco de triunfo y el propio ábside y sobre la tumba de San Pedro, donde había un martyrium.
Los templos construidos en el Occidente Cristiano se inspiraron en este modelo de basílica quedando hoy la Basílica de Santa Sabina de Roma con la estructura original.
En la parte oriental del Imperio hubo preferencia por los edificios de planta central (circular, octogonal y de cruz griega), siendo cubiertos por una bóveda o cúpulas sostenidas por pechinas.
Santa Elena, madre del Emperador Constantino fue a Palestina para visitar los lugares santos de la Vida, Muerte y Resurrección del Señor, descubriéndolos.
En el 326, con estos hechos, Constantino manda construir la Basílica de la Natividad sobre el Portal de Belén guiándose por el modelo occidental de basílica con un atrio y cinco naves, pero estas conducen a una estructura central de planta octogonal cubierta por una cúpula sobre el lugar donde nació el Señor, edificio que fue sustituido en el s. XVI.
En el 325 se construye en Jerusalén la Basílica del Santo Sepulcro en recuerdo de la muerte, entierro y resurrección de Cristo, aunque sufrió modificaciones estructurales en el s. XII.
Estaba formada por un atrio, nártex y cinco naves en cuyo ábside había doce columnas en referencia a los doce apóstoles. En otro espacio se construyó un edificio de planta circular sobre el lugar del Sepulcro del Señor Jesús, sustituido posteriormente por otra rotonda de mayores dimensiones.
Baptisterios
El baptisterio era parte de la basílica, aunque independiente de ella y estaba inspirado en los ninfeos romanos (baños de los palacios). Tenían una planta central con forma octogonal ya que el número ocho está relacionado con la Resurrección, y en el centro de ellas se situaba de grandes dimensiones (cuba) para los bautizos de inmersión.
Destacamos el Baptisterio de San Juan de Letrán de Roma construido en el 315 con una planta central octogonal con columnas en los ángulos, doble fila de ventanas y cubierta de madera. El Santo Padre el Papa Sixto III lo modificó en el s. V y después fue transformado también entre los siglos XVI y XVIII.
El Baptisterio de los Ortodoxos en Rávena es otro de los ejemplos que nos han llegado hasta hoy, con una planta octogonal con paredes reforzadas por arcos que descansan sobre columnas y una cúpula con mosaicos.
Mausoleos
Los Mausoleos son edificios de carácter funerario de planta central, un ejemplo de ellos lo tenemos en el Mausoleo de Santa Constanza de la ciudad de Roma, que disponía de un espacio central cubierto por una cúpula y rodeado por columnas pareadas sobre las que descansa una arcada, el deambulatorio se cubre con una bóveda de cañón.
Iconografía y simbolismo
Las representaciones pictóricas más antiguas sobre la Fe se encuentran en las catacumbas y tenían un carácter funerario (esperanza en la Vida Eterna), doctrinal y educativo. Las más importantes fueron:
- El Crismón
Esta imagen sagrada estaba integrada por las dos primeras letras de Cristo en griego entrelazadas, la X y la P (ro), a las que se le añade el Alfa y la Omega (Principio y Fin que aparece en el Apocalípsis).
- La Vid (Sangre de Cristo- Eucaristía)
- Pez (Alude a Cristo Jesús).
En griego la palabra IXZUS (Pez) coincide con las primeras letras de la siguiente secuencia, Iesos Christos Theou Uios Soter (Jesús Cristo Hijo de Dios Salvador).
- El Pavo Real (Inmortalidad).
- El Ancla (Esperanza cristiana).
- Paloma (liberación-alma).
También los cristianos usaron temas de origen pagano entre los que destacan:
- Orfeo (personificación de Jesús cuando bajó al Limbo).
- Aristeo (hijo de Apolo y la ninfa Cirene, dios y patrón de la agricultura, de la ganadería y la caza), dando lugar a verlo como Jesús el Buen Pastor.
- Orante (alma liberada del cuerpo y gozando del Paraíso).
También el carácter funerario y la oración que se hacia en el momento del enterramiento de los cuerpos de los cristianos: “Padre, libra su alma como salvaste a Noé del diluvio, a Isaac de las manos de Abraham, a Jonás del monstruo marino, a Daniel del foso de los leones, a los tres jóvenes hebreos del horno, a Susana de los viejos. Tú también, Hijo de Dios, salva su alma, tu que abriste los ojos al ciego de nacimiento, curaste al paralítico, resucitaste a Lázaro”; hicieron que estos temas ahí expuesto fueron frecuentes.
Hay que destacar la representación del “Banquete” que estaba muy relacionado con las antiguas comidas funerarias helenísticas que pasan a Roma con la celebración de convites funerarios y que los cristianos también realizaban, aunque también hacen referencia al Milagro de la Multiplicación de los Panes y los Peces, a las Bodas de Canaán, y por supuesto a la Eucaristía.
Estas imágenes se caracterizan por estar constituidas por figuras esquemáticas, sin interés en el detalle, sin individualización de los rostros, no teniendo una descripción minuciosa, convirtiéndose en imágenes-icono donde su interpretación se supeditaba a una formación previa.
Después del Edicto de Milán se agregan nuevos temas iconográficos a la vez que se produce un alejamiento del ideal clásico pasando la belleza a un segundo plano ganando protagonismo la expresividad de las formas.
Ahora las escenas pretenden tener sentido narrativo y realista de los acontecimientos sustituyendo a carácter simbólico anterior para una mejor identificación. La Pasión de Cristo se representa en determinados episodios y la Cruz aparece sola con una corona triunfal.
El “Cristo Doctor” que se encuentra en el Museo de las Termas de Roma y fechado en el s. IV, representa a Jesús sin barba sentado en una silla cural, símbolo de su autoridad entre los romanos.
El “Buen Pastor” del Museo de Letrán datado en el s. IV muestra las formas clásicas de escultura, pero con un claro mensaje cristiano como Jesús el Buen Pastor que salva a su rebaño.
Los sarcófagos fueron también adoptados por los cristianos para sus enterramientos los cuales les dispusieron escenas cristianas después del Edicto de Milán. Estos elementos eran prefabricados adornando los frontales de las tumbas, en el centro de estos se labraba el rostro del difunto, solo se trabajaban los frentes y los principales talleres estaban en Roma.
Hay de dos tipos, los de un friso con escenas seguidas o los que poseen dos frisos con las escenas divididas por columnas, frontones y arcos, o árboles.
El “Sarcófago Dogmático” realizado en el s. IV del Museo Pío Cristiano de Roma tiene dos frisos. En el friso superior aparecen las escenas de la Creación de Adán y Eva por la Santísima Trinidad, el Castigo de Adán y Eva, los retratos de los difuntos, las Bodas de Canaán, la multiplicación de los panes y los peces, y la Resurrección de Lázaro; en el friso inferior aparecen: la Adoración de los Magos, la Curación del Ciego, Daniel en el foso de los leones, Jesús prediciendo la negación de San Pedro, el Prendimiento de San Pedro, y Moisés haciendo brotar el agua de la peña.
El “Sarcófago de Junius Bassus” de la Cripta del Vaticano y elaborado en el s. IV tiene las escenas separadas por dos frisos, columnas, arquitrabes, arcos y frontones alternados. En el friso superior nos encontramos: El Sacrificio de Isaac, la Detención de San Pedro, Cristo entre San Pedro y San Pablo, y las dos siguientes se refieren a Cristo ante Pilatos; en el friso inferior aparecen: la Miseria de Job, Adán y Eva después de cometer el Pecado, Jesucristo entrando en Jerusalén, Daniel en el foso de los leones y San Pablo conducido al Martirio.
Los Mosaicos cristianos fueron posteriores a la Paz de la Iglesia tras dicho Edicto los cuales adquirieron un gran protagonismo depositándose en suelos, paredes y ábsides, con figuras alargadas, elegantes y expresión de los rostros.
Hay que destacar los de la Basílica de Santa María la Mayor de Roma realizados en el s. V; los de la cúpula del Mausoleo de Gala Plácida en Rávena del s. V y los de la cúpula del Baptisterio de los Ortodoxos.
Bibliografía:
- Grabar, A.: El primer arte cristiano (200-395). Madrid, Aguilar, 1967.
- Grabar, A.: Las vías de la creación de la iconografía cristiana. Madrid, Alianza Forma, 1985.
- Krauthimer, R.: Arquitectura paleocristiana y bizantina. Madrid, Cátedra, 1984.
- Material Didáctico de la Asignatura “Historia de la Iglesia Antigua y Medieval” del Bachillerato en Ciencias Religiosas de la Universidad Eclesiástica San Dámaso de Madrid.