Suele identificarse la Navidad como una época de paz e ilusión, en la que la solidaridad y los buenos deseos nos invaden como por arte de magia. Sin embargo, a causa de la crisis sanitaria que el mundo sufre desde hace casi dos años, esta Navidad será, una vez más, un período rebosante de inquietud. ¿Qué le queda al hombre, entonces, ante un panorama tan convulso? Cuando las circunstancias escapan a nuestro control, solo podemos mantener la esperanza.

La Esperanza de Triana
La Esperanza de Triana

La incertidumbre es cosustancial a la propia naturaleza de la ciencia médica. Sir William Osler, considerado padre de la medicina moderna, definía la medicina como la ciencia de la incertidumbre y el arte de la probabilidad. Afirmó que la investigación es fundamental, sobre todo, en la prevención de enfermedades infecciosas. Destacó la necesidad de conocer y ayudar a los pacientes en sus problemas sociales, la mejor asistencia al pobre que no podía pagar, el principio del alivio del dolor y del sufrimiento humano.

“Estamos en esta profesión por vocación, no por negocio; una vocación que exige constantemente autosacrificio, devoción, amor y ternura hacia sus semejantes. Al caer a un nivel puramente empresario, su influencia desaparece y la auténtica luz de la vida se apaga. Deben trabajar con espíritu misionero, con un aliento de caridad para sobreponerse a las pequeñas envidias de la vida”.

La Virgen de la Esperanza de la Trinidad
La Virgen de la Esperanza de la Trinidad

Osler aportó la idea de que la ciencia y el humanismo no evitan las desgracias implantadas por el error; pero facilitan la adquisición de conocimientos. La cuestión es que, en lo que se refiere al coronavirus, nuestro conocimiento es aún muy escaso. Por ello, la pandemia ha de gestionarse construyendo puentes entre lo científico y lo espiritual, entre la razón y la fe. Ante la incertidumbre, nuestras mejores armas son la investigación y la esperanza.

Si extrapolamos la idea de esperanza al terreno de la escultura religiosa sevillana, debemos hacer referencia a las tallas de la Virgen María que se exponen en besamanos el 18 de diciembre de cada año. Tal día de 1925 apareció la Virgen de la Esperanza Macarena a los pies del presbiterio de la parroquia de San Gil. La noticia corrió como la pólvora por la ciudad y el templo se abarrotó durante todo el día, “habiendo horas en las que era imposible andar”, según recoge el libro de actas de la Hermandad de la Macarena. Se trataba del primer besamanos de la historia o, al menos, así consta de forma oficial, aunque hay historiadores que lo discuten. Dos años después, en 1927, hizo lo propio la Esperanza de Triana y, posteriormente, comenzaron a celebrarlo el resto de hermandades de la ciudad.

La Virgen de Gracia y Esperanza de San Roque
La Virgen de Gracia y Esperanza de San Roque

Aquel 18 de diciembre de 1925 nació una tradición que hoy día continúa. En Sevilla, son seis las imágenes de la Virgen que, bajo la advocación de la Esperanza, se exponen en besamanos al público para conmemorar esta singular fecha:

  • La Esperanza Macarena
  • La Esperanza de Triana
  • La Esperanza de la Trinidad
  • La Virgen de Gracia y Esperanza de San Roque
  • La Virgen de la O
  • La Esperanza Divina Enfermera

Las cinco primeras Dolorosas realizan Estación de Penitencia con su Hermandad a la Catedral de Sevilla durante la Semana Santa. Todas las tallas gozan de enorme devoción y algunas son conocidas internacionalmente. Los impresionantes altares en los que se exponen realzan, aún más si cabe, la belleza y personalidad de cada imagen de la Madre de Dios, para alegría y deleite de sus fieles.

La Virgen de la O
La Virgen de la O

Aunque tal vez sea la menos popular las mencionadas, la coyuntura invita a comentar algo la Esperanza Divina Enfermera, que no procesiona en Semana Santa, sino el primer sábado de cada mes de octubre. Fue titular de la Ilustre Hermandad de la Nuestra Señora de la Esperanza, fusionada con la Cofradía de la Lanzada en el año 1981. El origen de esta advocación se remonta al año 1249, en el que el rey Fernando III funda el Hospital de la Correduría. En este lugar se coloca una imagen de la Virgen con el título de Nuestra Señora de la Esperanza. En poco tiempo y gracias a los enormes favores obtenidos, dicha imagen empezó a ser conocida como “Divina Enfermera”. Como dato a subrayar, durante el período de Adviento se retira de sus manos al Niño Jesús y en su vientre se coloca una “O” que representa el estado de expectación.

La Esperanza Divina Enfermera
La Esperanza Divina Enfermera

Recordemos que, cuando una mujer se encuentra encinta, se define su estado como “de buena esperanza”. Ay, esperar… ¡A veces, quien espera, desespera! Pero como bien dijo Albert Einstein: “Aprender de ayer, vivir para hoy, esperanza para mañana. Lo importante es no parar de cuestionarse”. Si hoy nos detenemos en esta batalla crucial contra el mal, corremos el peligro de perder la guerra.

La Esperanza Divina Enfermera
La Esperanza Divina Enfermera

Hay que investigar porque necesitamos fármacos eficaces, y hay que alimentar la fe porque así nutrimos el cerebro y el alma. Huir de la pereza nos ayudará a activar mente y espíritu. Aceptar la situación, siendo conscientes de la gravedad pero sin catastrofismo, nos ayudará a contemplar cada amanecer con serenidad y optimismo realista. La esperanza es lo que nos hace seguir respirando cuando parece que el aire nos falta, cual medicina para el ser agotado. Es el único bien común a todos los hombres, pues incluso quienes todo lo han perdido la poseen aún (Tales de Mileto dixit). Aunque la incertidumbre imponga su tiranía, llegará un momento en que será derrotada.

La Esperanza Divina Enfermera - Detalle de la O en Adviento
La Esperanza Divina Enfermera – Detalle de la O en Adviento

Resuena en mi mente la oración de La Salve, en la que rogamos “Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos”. ¿Qué tendrán los ojos de María, de esa Divina Enfermera, para calmar los padecimientos de quienes se acercan a Ella, temerosos y angustiados? Están plenos de esperanza. Bebamos de ella y estaremos bebiendo el agua de la vida.

 

Bibliografía y páginas webs consultadas para la obtención de imágenes

 

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